Como muchos de ustedes recordarán, el pasado 25 de agosto Carlos Gomez protagonizó una discusión, primero con el dugout de los mulos y luego con el receptor yanqui Brian McCann.

La situación fue esta. Sexto inning y con la pizarra a favor de los Astros 9-0, Gómez batea manso fly al centro. El dominicano se enfada con él mismo por haber fallado una gran oportunidad de haber masacrado esa pelota y les dejo el vídeo de lo sucedido inmediatamente:

Traigo a este tema a un ex-yanqui ¿se acuerdan de Paul O'Neill? Pues bien, para los aficionados yanquis, el ex-jardinero fue un guerrero, un profesional, un yanqui que amó el uniforme de los mulos más que nadie en la historia de la humanidad.

Y estoy de acuerdo, O'Neill fue un gran profesional. Algunos lo llamaron "crybaby" (llorón) pero yo creo que jugó al béisbol como se debe de jugar, o al menos como un profesional lo debe jugar.

Olvidémonos del famoso "librito" de una vez.

A los jugadores profesionales les inculcan desde pequeños que deben embasarse como sea, batear la bola lo más fuerte posible, darlo todo en el terreno sin importar el resultado del juego. Paul O'Neill lo dio todo en el terreno, y a él importaba un pimiento si el marcador iba a favor o en contra 1-0, 15-14 o 10-1. Daba igual porque jugaba para ganar, y si estuviese ganando por 15 carreras igual hacía swing de jonrón.

¿Por qué Carlos Gómez es un perro caliente? Sinceramente no lo entiendo. Si Gómez fuese un yanqui, seguramente estuviera oyendo alabanzas de los fanáticos de Nueva York, pero no es el caso.

Sé que Gómez y McCann no serán nunca los mejores amigos del mundo. Pero creo que McCann debe dejar de jugar al víctima o al defensor de su equipo, ya está bien.

Y no es que esté a favor de Gómez porque sea latino, sino porque pienso que juega a la pelota como debe hacerse, con profesionalidad.