Es muy difícil, por no decir imposible, estimar que hubiese pasado si los mejores jugadores de ligas negras hubiesen tenido oportunidad de jugar en las grandes ligas. Lo más que podemos hacer es ver quienes eran los peloteros más destacados, en sus respectivas posiciones, en los años en los que ellos sobresalieron en las ligas negras. Este es el resultado:

Este cuadro sugiere que, aunque los peloteros negros más destacados pudiesen haber sido buenos peloteros en las grandes ligas, pocos de ellos hubiesen tenido la oportunidad de ser los mejores. Entre los que si hubiesen podido ser los mejores, al menos en su posicion, sobresale Josh Gibson, no solo porque muchos coinciden en que fue el mejor jugador de ligas negras, sino porque Dickey y Cochrane, dos buenos catchers como el, no hubiesen sido rivales de peso ante su gran poder ofensivo (Dickey y Cochrane terminaron con OPS+ de 127 y 129, respectivamente). Willie Wells, un buen short stop defensivo, buen corredor y hábil bateador, también puede haber sido al menos comparable a Sewell y Jackson, dos HOFers elegidos por el Comite de Veteranos. Dandridge fue considerado un gran defensor de la tercera base y podemos pensar que hubiese sido mejor o por lo menos comparable a Hack y Clift, dos buenos antesalistas que no llegaron al HOF. De los demás es difícil pensar que hubiesen sido capaces de superar a los mejores peloteros blancos de su época, incluyendo a Oscar Charleston, al que algunos consideran que fue tan bueno o mejor que Josh Gibson, pero que frente a Ty Cobb y Tris Speaker es difícil imaginar que hubiese sobresalido.