Comenzando el siglo XX, el pelotero más destacado fue Honus Wagner. Bill James ha tenido grandes elogios para él, tanto por su desempeño como jugador como por su conducta fuera del campo, y el manager John McGraw dijo: “Wagner fue lo más cercano a la perfección que un pelotero puede ser, no importa donde su manager lo pusiera a jugar”.
A Honus Wagner le sucedieron dos de los más grandes peloteros que ha visto el béisbol: Ty Cobb y Walter Johnson. De Ty Cobb dijo Babe Ruth: “Cobb es un aguijón, pero seguro que puede batear. Dios Todopoderoso, él puede batear”. Y Ty Cobb dijo de Walter Johnson: “Velocidad, velocidad pura, velocidad deslumbrante, demasiada velocidad”.
Y luego Babe Ruth los superaría a todos. De él se ha dicho y se ha escrito mucho. Bill Dickey, por ejemplo, dijo: “El batea la bola más duro y más lejos que cualquier otro hombre que yo haya visto”. Y Ted Williams sentenció: “El nombre más grande en la historia deportiva de los Estados Unidos es Babe Ruth, un bateador”.
Lou Gehrig, uno de los peloteros más queridos, fue un jugador tan consistente, que Hank Gowdy dijo de él: “Gehrig nunca aprendió que un pelotero no puede ser bueno todos los días”.
Ted Williams fue considerado por muchos un héroe americano y el mejor bateador de su época. Uno de ellos fue el pitcher Bob Feller: “Uno de mis mejores amigos y el mejor bateador al que enfrenté. El fue un gran americano”. Stan Musial también dijo: “Ted Williams fue el mejor bateador de nuestra época”.
Al comenzar la segunda mitad del siglo XX, surgieron los que han sido probablemente las últimas grandes super estrellas del béisbol: Mickey Mantle y Willie Mays. Carl Yastrzemski dijo de Mickey Mantle: “Si ese tipo fuese saludable, podría batear ochenta jonrones en una temporada”. Y Casey Stengel, manager de los Yankees, dijo: “Mantle tenía más habilidad que cualquier otro pelotero que yo tuve en ese equipo”. Y los elogios sobre Willie Mays no se quedaron atrás, en particular en lo que respecta a sus habilidades defensivas. Un ejecutivo de los Dodgers dijo: “Willie Mays y su guante, donde los triples van a morir”.