Hoy en día el juego de las estrellas es más un evento de exhibición y celebración que de competencia, pero no siempre fue así. Han habido juegos de estrellas de mucha calidad deportiva y grandes momentos que recordar. Sin embargo, el primero de esos juegos, celebrado en 1933, hace 80 años, permanece como uno de los mejores, si no el mejor de todos.
El juego se llevó a cabo el 6 de julio de 1933, en el estadio de los Medias Blancas de Chicago, con una asistencia de 47.595 fanáticos. Los managers eran John McGraw (Nacional) y Connie Mack (Americana), dos de los mejores managers en la historia del beisbol.
El impresionante lineup de la Americana incluía a siete futuros miembros del Salón de la Fama: Charlie Gehringer (2B), Babe Ruth (RF), Lou Gehrig (1B), Al Simmons (CF), Joe Cronin (SS), Rick Ferrell (C) y Lefty Gómez (P). Y en la banca estaban otros cinco HOFers: Jimmie Foxx (1B), Tony Lazzeri (2B), Bill Dickey (C), Earl Averill (CF) y Lefty Grove (P). Y por la Nacional estaban, entre otros, Frankie Frisch (2B), Chuck Klein (RF), Chick Hafey (LF), Bill Terry (1B), Pie Traynor (3B), Gabby Hartnett (C) y Carl Hubbel (P), también futuros miembros del Salón de la Fama. Diecinueve miembros del Salón de la Fama uniformados en un mismo juego es algo casi imposible de repetir.
La Americana se puso adelante en el segundo inning con la primera carrera y Babe Ruth, con un jonrón en el tercer inning y uno en base, pondría el juego 3-0. En el sexto inning la Nacional repunto con dos carreras, impulsadas por un jonrón de Frankie Frisch. Pero en ese mis o inning la Americana anoto para llevar el score a sus cifras definitivas: 4-2. La Nacional amenazó en el séptimo, sin poder anotar ante los envíos de Lefty Grove, que entro a lanzar en ese inning, y nuevamente en el octavo, cuando Chick Hafey, con un corredor en base, bateo una línea a lo profundo del RF que fue capturada en una buena jugada de Babe Ruth. En el noveno, Lefty Grove no permitió más libertades y se anotó el juego salvado.
Todavía no comenzaba la práctica de elegir el MVP del juego, pero si hubiese hecho la distinción la habría recibido Babe Ruth, ya en el ocaso de su carrera, con 38 años de edad. Un gran juego y una despedida anticipada del mejor jugador de todos los tiempos, quien además del jonrón, y de la buena jugada para cerrar el octavo inning, bateo un hit en línea corta al CF en el quinto inning.