Durante muchos años, el número de juegos ganados fue el criterio más importante para seleccionar al ganador del Cy Young, aunque uno que otro cerrador ocasionalmente ganó el premio. Recientemente, la efectividad (ERA) adquirió mayor relevancia.
Si miramos los seis finalistas para el premio Cy Young de este año (Arrieta, Kershaw, Greinke; Keuchel, Price y Gray) vemos que fueron los mejores en ERA en sus respectivas ligas. No parece haber duda, entonces, en que el criterio del ERA prevaleció para escoger a los finalistas.
Pero una vez escogidos los finalistas, se ve que el ERA ya no fue el criterio determinante para otorgar el premio. Si así hubiese sido, los ganadores serían Greinke y Price y no Arrieta y Keuchel. Los juegos ganados pasaron a ser el criterio decisivo. Arrieta y Keuchel ganaron más juegos y superaron entonces a los demas finalistas.
El FIP no parece haber sido tomado muy en cuenta. En primer lugar, Gray tuvo un FIP bastante alto (3.45) y eso no fue obstáculo para lo que escogieran como finalista por delante de otros cinco pitchers de su liga que tenían menos FIP (Sale, Carrasco, Archer, Kluber y Quintana). Además, Kershaw y Price eran los que tenían mejor FIP entre los finalistas de sus respectivas ligas y eso no les sirvió de mucho.
En resumen, el procedimiento adoptado por los electores para otorgar el premio Cy Young fue el siguiente:
1) Escoger como finalistas en cada liga los tres pitchers con mejor ERA
2) Escoger como ganador en cada liga el finalista que tenga más juegos ganados