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Béisbol 13
EFRAÍN RUIZ PANTIN
EXCLUSIVO PARA MERIDIANO
ARLINGTON, TEXAS.- Johan Santana había hecho el último pitcheo de la noche más grande de su carrera hacía más de una hora. A la gloria y la emoción de haberse convertido en el primera lanzador en la historia de los Mets de Nueva York en lanzar un juego sin hits ni carrera, y el cuarto venezolano en lograrlo, había seguido un sin fin de entrevistas.
Finalmente, El Gocho pudo sentarse en el cuarto de trainers del Citi Field. Pero no a descansar. Todavía debía hacerle terapia a ese fantástico brazo izquierdo. Allí, mientras lo metía en agua fría y agua caliente una y otra vez, atendió una vez más el teléfono.
A ratos, su voz se escuchaba cansada. No era para menos. Pero al fondo todavía se oía el alboroto, porque la celebración de sus compañeros no paraba. Y la de él tampoco. Por más agotado que estuviese, Johan Santana era un hombre feliz. Muy feliz.
-Ya ha pasado un buen rato desde el juego y todavía andas en esto, ¿has podido disfrutarlo?
-Me la he pasado dando entrevistas y ahorita metido aquí en el agua fría, agua caliente, poniéndome hielo. Pero contento, viejo, de verdad que sí.
- ¿Qué se te pasa por la cabeza en este momento?
- Mira, viejo, yo desde que estuve en los entrenamientos y desde el año pasado con todas las preguntas y las interrogantes que había, si yo podría o no podría, de verdad que estoy muy contento, porque sé que hemos trabajado mucho. Pero una cosa como esta nunca la pensé. Llegué hoy (ayer) sabiendo que iba a enfrentar a los campeones mundiales, tratando de hacer mi trabajo solamente. Poco a poco se fueron dando las cosas. Qué se de así, de esta manera, es impresionante. Es un honor bastante grande.
- Cuando le hablaste a los fanáticos en la pantalla grande, ahí después del juego, la voz parecía que te temblaba. ¿Era la emoción o el cansancio?
- Yo creo que eran las dos, sin dudas. El cansancio era grande, pero al mismo tiempo la emoción era mucha. Después que se terminó el juego sabía que había hecho algo importante. Estoy muy contento porque todo salió bien.
- ¿En qué momentos empezaste a darte cuenta de que era posible completar el no hit no run?
- Fue un juego muy extraño. Si bien es cierto que lancé un no hitter, también es cierto que lancé cinco bases por bolas. Había situaciones donde sacaba los outs de una vez, pero había veces en las que lanzaba cuatro bolas seguidas y daba una base por bolas. Era como una montaña rusa. Bien, mal, bien, mal. Pero al mismo tiempo sin perder el enfoque y tratando de hacer lo correcto, estableciendo mi recta adentro. Creo que después del sexto inning cuando estos muchachos, mis compañeros vinieron e hicieron esas carreras. Sin dudas que hicieron todo mucho más fácil, saber que tenían esa ventaja.
- ¿Qué significa lograr esto tomando en cuenta todo lo que has pasado?
- He pasado por muchas cosas en los últimos dos años, pero nunca he perdido las ganas de seguir trabajando y de seguir mejorando y de recuperarme y regresar a competir. Creo que ese siempre ha sido mi norte. Hacer las cosas bien, tratar de hacer las cosas lo mejor que se pueda y mejorar cada vez. Sabía que tenía un reto muy grande cuando estuve en Port St. Lucie recuperándome y rehabilitándome, pero siempre con ese sueño de regresar. Nunca me rendí. De verdad que muy contento porque esto que sucedió hoy es parte de lo que uno ha hecho. Sucedió sin planificarse. Esas cosas nunca se planifican, sino que suceden de repente. De verdad muy contento de hacer historia con los Mets y al mismo tiempo darle esa satisfacción tan grande a Venezuela. Es un honor bastante grande.
-¿Qué te dijo el manager Terry Collins cuando se te acercó en ese octavo inning?
- En el octavo, cuando él entró simplemente me dijo que me quería dar un tiempo para recuperarme, que respirará. Y también me dijo, ‘Termina esto’. Eso murió allí. Así lo vi. Estaba haciendo mi trabajo y en mi mente estaba que yo no iba a salir en ningún momento, así fuesen 200 pitcheos.
-
En esos momentos no se piensa en la operación, el hombro, en nada...
En esos momentos no se piensa en la operación, el hombro, en nada...
- No, no se piensa en nada de eso. Uno está en esa situación tan importante, la primera vez en mi carrera de 13 años que tengo la oportunidad de estar así en esa situación y sin duda que no lo iba a dejar pasar. Simplemente traté de hacer mi trabajo, de enfocarme, tratando de hacer el pitcheo para que ellos hiciesen swing de una vez y la batearán hacia algún lado para que mis compañeros hiciesen la jugada.
- Lo que uno puede sentir en las redes sociales, es una avalancha de mensajes positivos. ¿Te has metido en tu cuenta de twitter? ¿Qué le dices a esa gente que siempre te siguió?
- Todavía no he tenido la oportunidad. He estado haciendo entrevistas, hablando con uno y con otro. Pero en algún momento lo haré. Me imagino cómo está todo, mi teléfono debe estar saturado, pero al mismo tiempo contento, porque hicimos historia y en eso estamos todos juntos. Venezuela siempre me ha apoyado en todo momento. Han estado conmigo en las cosas buenas y en las cosas malas y de verdad les quiero dar un abrazo y muchas gracias por todo el apoyo. Esto es por todos ustedes, porque Santana está aquí es por ustedes. Siempre lo he visto así. Es un orgullo y un honor decir que soy venezolano.
- ¿Cómo lo vas a celebrar?
Voy a ser sincero: el juego mañana es muy temprano, yo lo que tengo es que descansar. Hablé con mi esposa en Fort Myers, con mis hijos, mi papá. Todos contentos y emocionados. Estoy bastante contento. Sé que todos en Tovar, en Venezuela, mis amigos, mi familia, todos estaban pendientes. Muy contento, muy contento. Esto es algo muy especial y se lo quiero dedicar a todos ellos, porque han sido parte muy importante de lo que yo soy. Para mi es un honor bastante grande. Y mañana la Vinotinto también, mira que he estado pendiente de todo. Que bueno darle esta alegría a Venezuela. Seguimos creciendo. Venezuela es grande y vamos a seguir mejorando.
Publicado en Meridiano el sábado 02 de junio de 2012
Foto: Keith Allison/Flickr
Respondido : 16 de junio de 2012 12:20
