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El último swing de Magglio
Desde el Home
El segundo venezolano en ganar un título de bateo en las Grandes Ligas anunciará su retiro este domingo. Bob Abreu, Wilson Álvarez y Carlos Guillén recordaron su carrera.
“El ex jardinero estrella de los Tigres de Detroit, Magglio Ordóñez, anunciará su retiro en una ceremonia especial antes del juego el domingo 3 de junio en Comerica Park”.
Con ese párrafo se inició el comunicado de prensa enviado por los Tigres de Detroit, quienes oficializaron ayer la despedida de uno de los bateadores criollos más prolíficos en la historia de las Grandes Ligas.
El falconiano, de 38 años, se cansó de esperar una propuesta para continuar con su carrera, que terminó tras 15 años en las mayores y en la que cosechó numerosos éxitos, entre ellos el título de bateo de la Liga Americana, en 2007, siendo el segundo criollo en conseguirlo.
“Magglio Ordóñez fue un pelotero talentoso, que supo utilizar sus capacidades, él fue sin duda uno de los mejores bateadores que ha tenido Venezuela en toda su historia”, opinó Bob Abreu, su compañero de batallas en los dos Clásicos Mundiales de Béisbol con la selección venezolana.
“Magglio era excelente en los momentos decisivos del partido, con el juego en la línea, allí es donde él era mas peligroso”, continuó, a través de un comunicado. “Era también completo, bateaba para promedio, remolcaba y conectaba jonrones. Es un pelotero modelo, el que todos deseamos seguir sus pasos”.
El ahora exjardinero inició su carrera con los Medias Blancas de Chicago, club con el cual llegó a las mayores en 1997 y se consolidó como uno de los bateadores más peligrosos de la Liga Americana.
Wilson Álvarez, exlanzador patiblanco, compartió con Ordóñez en sus inicios en Chicago, principalmente en los primeros Spring Trainings del toletero.
“Yo jugué muy poco con él. El año que a mí me cambiaron (de Chicago a San Francisco) fue cuando a él lo subieron. Era un novatico”, recordó Álvarez. “Es tremenda persona y muy tranquilo”.
Aunque nunca pudieron coincidir en el equipo grande (Álvarez fue cambiado el 31 de julio de 1997 y Ordóñez debutó el 29 de agosto de ese año), el zuliano reconoce los méritos obtenidos por su compatriota, quien fue a seis Juegos de Estrellas ganó tres Bates de Plata y un premio Luis Aparicio (2007).
“Me alegra por la carrera que ha tenido, pese a sus lesiones, él batalló, regresó y dio tabla por todos lados, y demostró que ha sido y será uno de los mejores peloteros venezolanos que ha jugado en las Grandes Ligas”, expresó Álvarez, vía telefónica desde Florida. “Creo que puede seguir jugando un año más. Él puede hacer el trabajo en cualquier equipo de Grandes Ligas”.
Lamentablemente las organizaciones de Grandes Ligas no pensaron lo mismo y la falta de ofertas lo hizo desistir de su plan de continuar su carrera.
“Todos vamos para allá. Llegó la hora y es algo que se escapa de las manos de uno. Es una decisión difícil, no es fácil”, comentó Carlos Guillén, su gran aliado con los Tigres de Detroit, quien también dijo adiós al béisbol este año y dijo no sorprenderse de la decisión de su amigo.
“El béisbol ha cambiado mucho”, señaló. “Hoy a un pelotero de 33 años ya lo ven como un veterano, antes no. Antes estaba en sus mejores años. (El béisbol) es un negocio y uno lo tiene que ver así, lamentablemente”.
Guillén estuvo al lado de Ordóñez en sus dos momentos cumbres en la pelota: el título de bateo y el jonrón que le dio a Detroit el boleto a la Serie Mundial de 2006, en la que cayeron ante Cardenales de San Luis.
“Cuando él ganó el título de bateo, yo bateaba detrás de él, y cuando dio el jonrón estaba bateando detrás de él”, rememoró. “Creo que el jonrón fue su momento más importante, de hecho el momento más importante para mí también, porque nos dio el pase a una Serie Mundial”.
Sus metas pendientes fueron ganar un anillo y llegar a los 300 jonrones, cifra de la que lo separaron seis vuelacercas. Esos desafíos fueron truncados por dos fracturas en su tobillo, la última durante la Serie de Campeonato de la Liga Americana del año pasado ante Rangers de Texas.
Durante el primer juego de ese playoffs, el 8 de octubre de 2011, Ordóñez hizo su último swing en el cuarto inning, en su segundo turno, que terminó con ponche parado.
Después, en el quinto, recibió boleto intencional y fue sustituido por Don Kelly en la inicial. Las molestias de su tobillo fracturado eran más notorias y, sin saberlo, abandonaría el terreno de juego para siempre.
“Tuvo una excelente carrera”, sintetizó Guillén. “Fue tremendo compañero de equipo, tremenda persona dentro y fuera del terreno, muy colaborador, un pelotero admirable, un pelotero modelo para los venezolanos”.
Homenaje
Detroit le dará a su afición la oportunidad de despedir a Ordóñez el domingo, antes del juego ante los Yankees. El criollo estará acompañado por su familia y dará una rueda de prensa.
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