Hace unos leí en el blog metsdaddy.com, un post muy interesante sobre que El Bambino sería capaz de batear a los mejores lanzadores de la actualidad. Y me gustó tanto que se los he traducido, con algunas notas personales.

Babe Ruth es considerado, incluso por mí, como quizás el mejor jugador de béisbol de la historia. En su época, conectaba más jonrones en una temporada que equipos completos. Rompió ese récord de jonrones en varias ocasiones, dejándolo en 60 en 1927.

Mucha gente no recuerda, que Ruth fue un gran lanzador también. Dejó una marca de 122 ERA+, no poca cosa. Nadie, en el mundo de las grandes ligas, dominaría nuestro pasatiempo favorito de la manera que lo hizo.

Y aquí estamos, 100 años después con gente que no se cree que Ruth fue el mejor de la historia. Los que están en el lado opuesto dicen que Ruth nunca enfrentó la calidad de lanzadores que vemos en la actualidad. Con toda seguridad, Jacob deGrom ridiculizaría a Walter Johnson, por ejemplo.

Pero claro, si vemos a cada quién en su propio contexto histórico, por ejemplo, el propio deGrom no hubiese llegado a lanzar en las grandes ligas hace 100 años. En 2010, deGrom se tuvo que someter a una cirugía de Tommy John. Este procedimiento quirúrgico se empezó a realizar 39 años después de que se retirara Ruth como jugador activo. Para ponerlo aún más en perspectiva, la medicina estaba tan atrasada Alexander Fleming no descubrió la penicilina hasta que Ruth estaba en su temporada número 15 en las Grandes Ligas.

Si tuviéramos que poner a los lanzadores actuales en las condiciones de juego de hace un siglo, simplemente no podrían competir, o en el mejor de los casos, no serían ni por asomo los lanzadores con la calidad que tienen ahora. No existían las modernas técnicas de entrenamiento o entrenamiento con la que gozan los jugadores modernos. No existía el enfoque en cambiar las pelotas de béisbol con la frecuencia con lo que lo hacen en el presente.

De hecho, lo normal en 1920 era que se usara una sola pelota de béisbol por juego, por lo que la pelota se ensuciaba, se volvía pesada y difícil de agarrar (grip). Con estas condiciones, agréguele que la velocidad de lanzamiento también se reducía al igual que se reducía la velocidad de salida de los batazos. No fue hasta la muerte de Ray Chapman que las cosas cambiarían en este sentido.

Aparte de eso, si bien es cierto que Ruth probablemente nunca enfrentó y mucho menos vio a un lanzador con la bola rápida o la slider de Noah Syndergaard, los lanzadores de su época arañaban o rajaban las pelotas de manera rutinaria y se les permitía usar la bola de saliva (y con total seguridad usaron muchas otras sustancias también). Además, tenga en cuenta que alguien como Walter Johnson lanzaba por encima de las 90 millas por hora, que tampoco era poca cosa.

Otra consideración para tomar en cuenta es que, en los días de Ruth, habitualmente se usaban bates que pesaban hasta 54 onzas (alrededor de kilo y medio). El bate de hoy en día pesa alrededor de 33 a 36 onzas (alrededor de un kilo). También a considerar, es el hecho de que Ruth conectaba la pelota fuera de los estadios cuyas cercas estaban mucho más profundas que en la actualidad.

¿Cuántos flies a los jardines hubiesen sido jonrones hoy en día?

Incluso, si asumimos que Ruth no pudiese seguir el ritmo de la velocidad actual de los lanzamientos, él podría reducir el peso del bate en 15 onzas y estar mucho mejor posicionado para conectar esos lanzamientos. También se debe tener en cuenta que Ruth estaría usando un bate de calidad, significativamente mejor que el que estaba usando hace un siglo.

Ese es exactamente el punto. Si pones a Ruth en el béisbol de un siglo después, Ruth tendría todas las ventajas que tiene el jugador de hoy en día. Si pones al jugador moderno en el béisbol hace un siglo, es posible que ni siquiera puedan pisar el campo de pelota. En general, Ruth dominó su era como nadie lo ha hecho ni lo hará nunca. Si le dieras todas las ventajas modernas, o si se las quitaras al jugador moderno, destruiría absolutamente a esos lanzadores porque Ruth era así de genial.