El béisbol ha elegido un promedio de 3 jugadores por año para el Salón de la Fama desde que comenzó el proceso. Es difícil determinar si esta elección es razonable o si se están abriendo mucho o poco las puertas del HOF, pero vamos a intentarlo.
Supongamos que los mejores jugadores tienen unos 10 años de carrera estelar (entre los 23 y los 33 años de edad). Las cifras anteriores nos indican que en cada generación de peloteros se eligen 30 jugadores para el Salón de la Fama. Esto equivale, tomando en cuenta el número actual de equipos, a un jugador por equipo, en promedio, en cada década. De los 30 unos 9 son pitchers y entre 2 y 3 por cada posición.
Si la elección se limitase a los mejores, en cada década se deberían elegir unos 2 o 3 pitchers y un jugador por cada posición; es decir, unos 10 u 11 peloteros. Se elige aproximadamente 3 veces ese número, lo que parece razonable, sobre todo por la dificultad que suele existir para diferenciar entre los tres mejores de una posición en una generación. Por otra parte, premiar a los tres mejores en una posición equivale a lo que se hace en los juegos olímpicos, donde se otorgan medallas a los atletas que ocupan los tres primeros lugares en una competencia.
Si los analizamos por posición, vemos que proporcionalmente se han elegido pocos catchers y terceras base y muchos shortstops, centerfielders y rightfielders. Aquí sí parece haber cierta injusticia. No existe ninguna demostración de que una posición sea más importante que otra en el béisbol, de manera que este sesgo debería irse corrigiendo.