El comienzo de la temporada 2025 para los Houston Astros está dejando una imagen preocupante: su icónico jugador, José Altuve, ha sido desplazado a una posición que no domina, y los resultados están siendo nefastos.
La decisión de mover a Altuve al jardín izquierdo llegó tras el traspaso de Kyle Tucker a los Cubs, lo que dejó al equipo con un vacío en los jardines. En lugar de reforzar esa área con un jugador natural, el equipo optó por reubicar a su eterno segunda base, mientras Brendan Rodgers tomaba su lugar en la intermedia y Mauricio Dubón pasaba a un rol más versátil.
Desde el primer día, las señales eran claras: Altuve jamás había jugado en los jardines como profesional. Aunque oficialmente no se le había cargado un error hasta el sábado, su impacto negativo en defensa ya era medible. De hecho, según estadísticas avanzadas, ha costado dos carreras a los Astros con su actuación en el jardín izquierdo.
El episodio más revelador llegó en la cuarta entrada del juego del sábado ante los Minnesota Twins, cuando un sencillo de Ty France con corredores en primera y segunda se convirtió en un caos. Con un 74% de probabilidad de atraparla y apenas 20 pies de desplazamiento, Altuve falló. Bobbleó la bola en la transferencia desde su guante, permitiendo que Byron Buxton anotara de pie. El error abrió la compuerta a una entrada de seis carreras que sepultó a los Astros.
What an athlete
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Y eso que el mismo día, Altuve había conectado su primer jonrón de la temporada al primer turno del encuentro. De hecho, su línea ofensiva hasta entonces era más que decente: .321/.367/.429 en 30 apariciones al plato, aunque venía de un fatídico 0-5 con cinco ponches (el temido platinum sombrero) contra el mismo equipo.
Los comentarios tras el juego reflejan una mezcla de optimismo y negación. “Estoy sintiéndome cada vez mejor allá afuera”, dijo Altuve a The Athletic. Su manager, Joe Espada, reforzó la idea: “Está más cómodo cada día”.
Sin embargo, el contexto no perdona. Los Astros, aspirantes a regresar a postemporada, no pueden permitirse experimentos fallidos en pleno mes de abril. El movimiento de Altuve al outfield ha sido, hasta ahora, un despropósito que pone en entredicho no solo su legado, sino también el criterio de la organización.
José Altuve, con 34 años, 14 temporadas en MLB y un Guante de Oro en 2015 como segunda base, merece algo más que ser expuesto a este desgaste innecesario. Y los Astros, si quieren ser contendientes, deben dejar de improvisar.