El nombre de Brett Gardner está profundamente ligado a los , equipo con el que jugó durante toda su carrera en MLB, desde hasta su retiro en 2021. Fue un pelotero que destacó por su constancia, su velocidad —encabezó la Liga Americana en bases robadas en 2011 con 49— y su liderazgo dentro del clubhouse. En 1.688 juegos en su carrera, conectó 1.470 hits, anotó 943 carreras y robó 274 bases, siendo campeón de la Serie Mundial en .

Sin embargo, en su nombre volvió a los titulares por una razón desgarradora: el de su hijo Miller Gardner, de apenas 14 años, ocurrido el 21 de marzo mientras la familia estaba de vacaciones en Costa Rica.

Tras las primeras sospechas —asfixia y una posible intoxicación alimentaria— las autoridades costarricenses han confirmado que el joven murió por intoxicación con monóxido de carbono, según informó vía ESPN. El director de la Agencia de Judicial de Costa Rica, Randall Zúñiga, explicó que el nivel de carboxihemoglobina en la sangre de Miller era del 64%, muy por encima del umbral letal del %.

Zúñiga indicó además que junto a la habitación donde se hospedaba la familia había una sala de máquinas, y se investiga si hubo una filtración desde esa área. Aunque en un principio también se evaluó la comida, ya que varios miembros de la familia se sintieron mal el 20 de marzo tras cenar en un restaurante cercano, esa hipótesis quedó descartada como causa principal del fallecimiento.

Este tipo de intoxicaciones son silenciosas y letales, y lo ocurrido evidencia fallos graves en los protocolos de seguridad del hotel implicado. El impacto emocional y psicológico para Brett Gardner y su familia es incalculable. Es una difícil de asimilar, no solo por la pérdida, sino por el hecho de que pudo haberse evitado.

Desde Planeta Beisbol enviamos nuestro más sincero apoyo a Gardner y a todos los que lo rodean. Su carrera como jugador fue ejemplar dentro del diamante, pero hoy lo que cuenta es el ser humano, el padre, y su dolor.

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