¿Puede la expansión de la MLB revitalizar la ofensiva en el béisbol?

La ofensiva en la MLB ha sufrido un notable declive en las últimas décadas, con promedios de bateo colectivos como el .243 de este año, uno de los más bajos desde 1968. ¿Podría una nueva expansión de equipos ser la clave para revertir esta tendencia? Analizamos cómo las expansiones anteriores han impactado el juego y qué podríamos esperar en el futuro.

Contexto histórico y estadísticas

En 1993, la llegada de los Colorado Rockies y los Florida Marlins marcó un antes y un después en la ofensiva. El promedio de bateo de la Liga Nacional subió de .252 a .264, el mayor incremento en una sola temporada desde 1953. Parte de este aumento se debió a factores específicos como la altitud de Denver, pero incluso excluyendo los juegos en el estadio de los Rockies, el promedio subió significativamente.

Las expansiones de 1969 y 1993 destacaron por un incremento en carreras por juego y jonrones, con un aumento del 19 % en carreras en 1969, el mayor registrado en la historia de la liga. En cambio, la expansión de 1998 con los Tampa Bay Devil Rays y los Arizona Diamondbacks tuvo un impacto menor, probablemente opacado por el auge de los esteroides.

Dilución del talento: un beneficio para la ofensiva

La expansión crea aproximadamente 50 nuevos puestos en los rosters, generalmente ocupados por jugadores de nivel reemplazo. Estos, en el caso de los pitchers, tienden a ser más vulnerables, aumentando la ofensiva. Como muestra el análisis de Fangraphs en 2017, los lanzadores de nivel reemplazo tienen un impacto negativo mucho mayor que los bateadores equivalentes, generando incrementos significativos en métricas como jonrones por cada nueve entradas.

Hoy en día, el uso de tecnología avanzada y analíticas ha mejorado el desempeño general de los pitchers, pero las lesiones han incrementado la necesidad de lanzadores de reemplazo. Esto podría amplificar el impacto ofensivo de una expansión.

El futuro de la MLB y su ofensiva

Con la resolución de las situaciones de estadio de los Athletics y los Rays, es probable que la MLB agregue equipos en mercados como Nashville, Portland o Montreal. Si bien esto podría aumentar las carreras y los jonrones, es poco probable que eleve significativamente los promedios de bateo, perpetuando el predominio de los “tres resultados verdaderos” (jonrón, ponche o base por bolas).

La expansión podría ser una solución parcial, pero no resolverá el problema central: un estilo de juego cada vez más predecible. Si la MLB busca revitalizar el interés, tendrá que abordar las raíces del declive ofensivo, más allá de sumar nuevos equipos.


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