Después de meses de negociaciones intermitentes y rumores constantes, Vladimir Guerrero Jr. ha llegado a un acuerdo con los Toronto Blue Jays para firmar una extensión de 14 años y $500 millones, sin pagos diferidos. El movimiento convierte este contrato en el segundo más grande en valor presente en la historia de la MLB, por detrás únicamente de los $765 millones de Juan Soto con los New York Mets.
Este acuerdo no solo refleja la confianza de la franquicia canadiense en su primera base de 26 años, sino también su necesidad de asegurar una figura alrededor de la cual construir a largo plazo, especialmente después de quedarse sin los fichajes de impacto como Shohei Ohtani, Roki Sasaki o el propio Soto.
Una trayectoria de altos y bajos… y un repunte oportuno
Guerrero Jr. ha producido una línea ofensiva de .288/.363/.499 con 160 jonrones y 21.7 WAR en sus primeras siete temporadas. Su pico llegó en 2021, cuando conectó 48 cuadrangulares, impulsó 111 carreras y alcanzó un wRC+ de 166, cifras que lo llevaron a rozar el MVP, solo superado por la histórica temporada de Ohtani.
Tras un bajón relativo en 2022-2023 (wRC+ combinados de 125), Guerrero volvió a encender su bate en 2024 con una línea de .323/.396/.544, igualando su explosividad de 2021 (165 wRC+). Este resurgir, junto a la falta de otros grandes nombres atados al club a largo plazo, parece haber alineado los astros para que la gerencia —presionada por resultados y con contratos en juego— decidiera jugárselo todo.
¿Es mucho dinero? Sí. ¿Es razonable? También.
Comparado con otros mega contratos, el de Guerrero tiene la ventaja de no incluir pagos diferidos. Por ejemplo, el contrato de Ohtani de $700 millones tiene un valor presente estimado de $437.8 millones, lo que sitúa al de Guerrero por encima en ese aspecto.
Con solo $35.7 millones anuales, este acuerdo representa un compromiso que, aunque largo, es manejable para una franquicia que está viendo cómo otros contratos pesados (como los de Springer o Gausman) se acercan a su final.
Una apuesta de futuro con riesgos asumidos
No todo es certeza: la defensa de Guerrero Jr. ha sido inconsistente y su aporte en las bases es limitado. Sin embargo, su disciplina en el plato —con tasas de bases por bolas superiores al promedio y bajo porcentaje de ponches— combinada con su potencia natural, lo convierten en un bateador temido cuando está en forma.
Firmar una extensión de este calibre también puede proteger al club de un mercado de agencia libre cada vez más competitivo. Si Guerrero hubiese llegado al invierno sin firmar, habría sido el principal bateador disponible junto a Kyle Tucker, lo que habría desatado una puja feroz. Los Blue Jays evitaron ese escenario.
Una nueva era en Toronto
Este contrato rompe el récord de la franquicia, superando ampliamente los $150 millones de George Springer. La presión está ahora sobre Mark Shapiro y Ross Atkins, quienes necesitan que este movimiento no solo funcione en términos económicos, sino también en resultados deportivos.
Desde que Guerrero Jr. debutó en 2019, el equipo ha alcanzado la postemporada tres veces, pero siempre cayó en la ronda de comodines. Con él como piedra angular hasta 2039, el objetivo debe ser claro: volver a la Serie Mundial por primera vez desde 1993.
Ahora, la historia la escribirá el tiempo. Pero al menos en el presente, los Blue Jays han apostado fuerte… y con sentido.