La reciente entrevista del comisionado Rob Manfred con Michael S. Schmidt del New York Times revela el rumbo estratégico que la Major League Baseball tomará en los próximos años, desde el negocio internacional hasta las tensiones laborales internas. El mensaje es claro: se vienen cambios profundos, y todos los actores —aficionados, jugadores, coaches y managers— están llamados a adaptarse.
Streaming global: adiós al apagón, hola Japón
Uno de los puntos más relevantes es el deseo explícito de Manfred de abandonar el modelo actual de blackouts, que ha sido criticado durante años por limitar el acceso de los fanáticos a los juegos. Aunque las negociaciones claves con FOX y TBS no expiran hasta 2028, se está gestando un cambio más ambicioso: un paquete internacional de streaming que incluiría derechos en mercados como Japón, donde actualmente los partidos se emiten a través de cadenas locales.
“Cuando puedes decirle a una plataforma que tienes una audiencia de 25 millones en Japón, se interesan”, afirmó Manfred.
Este movimiento podría significar ingresos sin precedentes para la liga y una reconfiguración del acceso global al béisbol. Es también una señal del creciente valor de audiencias internacionales, impulsadas por fenómenos como Shohei Ohtani.
Disparidad económica y el eterno debate del salary cap
En el plano interno, Manfred no evitó uno de los temas más calientes: la disparidad de gastos entre los equipos. Sin mencionar directamente un tope salarial, reconoció que esta diferencia afecta la percepción y el negocio, sobre todo en los mercados pequeños.
“La falta constante de gasto afecta al negocio de una forma negativa”, afirmó con rotundidad.
La MLBPA, liderada por Tony Clark, sigue rechazando firmemente cualquier intento de imponer un salary cap, pero la presión de los aficionados es fuerte. Una encuesta mostró que dos tercios de los votantes apoyarían su implementación, incluso si eso significara perder toda la temporada 2027.
Mientras tanto, equipos como los Marlins y los Athletics están en la mira por no invertir proporcionalmente a los ingresos por reparto de beneficios. Según RosterResource, Miami arranca 2025 con una nómina proyectada inferior a los $70 millones, y podrían bajar aún más si intercambian a Sandy Alcantara.
Lesiones y contratos garantizados: una combinación explosiva
Uno de los aspectos más controversiales que tocó Manfred fue la relación entre el aumento de lesiones en lanzadores y los incentivos del sistema actual. Según él, se está premiando el spin rate y la velocidad por encima de la durabilidad.
“Pagamos por la velocidad y el spin rate… te lesionas, te recuperan, y vuelves a lo mismo. Porque el dinero está garantizado”, explicó.
Aunque no propuso eliminar los contratos garantizados, el hecho de que mencionara esta dinámica deja entrever que el tema podría llegar a la mesa de negociación. Un cambio así sería tan disruptivo como improbable, pero pone en evidencia una crisis silenciosa en el desarrollo de lanzadores.
¿Automatización a la vista en 2026?
El sistema automático de conteo de bolas y strikes (ABS) podría llegar en 2026, al menos como un sistema de desafío, tal como se probó exitosamente durante el Spring Training. El reto será lograr el consenso entre la MLBPA y la unión de umpires.
Curiosamente, los árbitros prefieren un sistema completamente automatizado, mientras que los jugadores se inclinan por el formato de desafíos, en parte para proteger el valor de especialistas en pitch-framing. Esta tensión podría escalar si alguna de las partes cambia su postura antes del nuevo acuerdo colectivo.
Conclusión
La entrevista de Rob Manfred no fue una simple actualización: fue una hoja de ruta cargada de señales sobre los ejes que definirán el futuro de MLB. El crecimiento internacional, la justicia competitiva, la salud de los lanzadores y la modernización tecnológica serán el campo de batalla de una liga que no se detiene, pero que tampoco quiere romperse en el camino.