Desde hace décadas, Roberto Clemente no solo representa grandeza deportiva en la historia de los Pittsburgh Pirates, sino que también simboliza integridad, compromiso humanitario y orgullo latino. Por eso ha causado tanto revuelo la decisión de la franquicia de sustituir un logo en su honor en el jardín derecho de PNC Park por una publicidad de una marca de cócteles. La reacción más directa y elocuente fue la de su hijo, Roberto Clemente Jr., quien comentó la imagen del cambio con un lacónico pero contundente: “WOW”.
El logo eliminado no era una simple imagen: era un tributo que resaltaba justo donde Clemente solía patrullar el campo, el jardín derecho. El muro de esa zona mide exactamente 21 pies de alto, una referencia directa al número que Clemente inmortalizó. Desde su inauguración, PNC Park ha utilizado ese rincón del estadio como un espacio simbólico para rendir homenaje al ídolo puertorriqueño. El logo cubierto había estado allí al menos desde 2022, como se puede comprobar en videos del Opening Day de ese año y en los resúmenes del último juego como local de 2024.
Los números de Clemente respaldan su condición de leyenda: .317 de promedio de bateo, exactamente 3.000 hits en su carrera, 15 Juegos de Estrellas, 12 Guantes de Oro, 2 títulos de Serie Mundial y 1 MVP. Pero más allá de sus estadísticas, su legado va mucho más allá del terreno de juego. Su trágica muerte a los 38 años, mientras transportaba ayuda a víctimas de un terremoto en Nicaragua el 31 de diciembre de 1972, lo convirtió en un símbolo eterno del altruismo en el deporte.
Esta decisión de los Pirates no solo afecta la memoria de Clemente, sino que reaviva la frustración histórica de la afición con la gestión del dueño Bob Nutting. Muchos fans critican desde hace años su aparente falta de voluntad para invertir en el equipo o modernizar una franquicia que arrastra una imagen de inercia deportiva y desinterés institucional. La sustitución de un homenaje tan significativo por una simple valla publicitaria no hace sino reforzar esa percepción.
El logo del número 21 todavía aparece cerca del marcador de resultados de otros estadios, pero su presencia ha sido claramente minimizada. Y aunque pueda decirse que la pared del jardín derecho ha tenido anuncios antes, esta acción específica parece enviar un mensaje desafortunado: que la historia y el legado de una figura como Clemente pueden ocupar un segundo plano frente a intereses comerciales.
Más que una polémica pasajera, este gesto pone en evidencia una desconexión peligrosa entre la directiva de los Pirates y el alma de su historia. Porque si hay una figura sagrada en la franquicia de Pittsburgh, es Roberto Clemente. Y tapar su memoria con una bebida alcohólica no es solo torpe, sino profundamente irrespetuoso.