El comienzo de temporada 2025 para Rafael Devers no solo ha sido lento, ha sido históricamente ineficaz. En la derrota 8-5 de los Boston Red Sox ante los Baltimore Orioles, el bateador designado se fue de 3-0 con dos boletos y tres ponches, extendiendo una racha preocupante.
Tras cinco juegos disputados, Devers no ha conseguido un solo hit en 19 turnos oficiales, y ya suma 15 ponches. Según Baseball Reference, se convierte en el primer jugador desde al menos 1901 que no consigue hits y se poncha 15 veces en los primeros cinco encuentros de su equipo. Este inicio no es solo preocupante por el volumen de outs, sino por la manera en que estos outs están ocurriendo: el 65% de sus apariciones al plato han terminado con un strikeout.
Esto no es un simple slump pasajero. En el cierre de la temporada 2024, Devers ya había mostrado señales de fatiga ofensiva: se fue de 15-1 con 11 ponches en los últimos cuatro juegos del año. A pesar de cerrar con una línea decente de .272 AVG / 28 HR / 83 RBI, también estableció una marca personal con 147 ponches.
A esto se suma el cambio de rol defensivo: durante el spring training, Devers se opuso públicamente a ceder la tercera base al recién llegado Alex Bregman, ganador del Guante de Oro. Sin embargo, el cuerpo técnico decidió mover a Devers al rol de designated hitter, debido a su bajo rendimiento defensivo reflejado en métricas como outs above average (OAA) y fielding run value (FRV).
Este giro forzado en su carrera parece estar afectándolo más de lo que admite. A nivel técnico, no está siendo perjudicado por los umpires. De acuerdo con FanGraphs, su zona de strike está siendo cantada con normalidad, pero está fallando swings de forma alarmante. Algunos incluso sugieren que podría estar jugando con una lesión que prefiere ocultar, para evitar la narrativa de que su descenso a DH le ha afectado anímicamente.
Las críticas han comenzado a llover. El ex cerrador Jonathan Papelbon insinuó que Devers está fuera de forma y soltó una frase peculiar: “You trim fat, pigs squeal… That’s what you’re looking for — your pigs to squeal. They hit home runs.” Para Papelbon, adelgazar físicamente puede provocar que los bates “griten” —una forma colorida de decir que vuelvan los jonrones.
Mientras tanto, los Orioles no perdonaron. Tyler O’Neill se fue de 4-4 con un doble ante su ex equipo, liderando una ofensiva que conectó 15 hits. Pero todo quedó opacado por el extraño caso de Devers, que ya no se enfrenta a un Roger Clemens en su prime, como lo hacía Cory Snyder en los 80. Lo suyo parece tener más que ver con la mente, el cuerpo… o ambos.
Quizá su primer hit sea un jonrón, como metáfora de redención. Pero mientras llega, el vacío de su bate sigue haciendo ruido.