El 1 de abril comenzó con una noticia bomba para el mundo del béisbol: Jurickson Profar, jardinero veterano de 32 años, ha sido suspendido 80 juegos sin sueldo por dar positivo por hCG (gonadotropina coriónica humana), una sustancia que estimula la producción de testosterona y está incluida en la lista de sustancias prohibidas por Major League Baseball.
Profar apenas había disputado cuatro juegos con su nuevo equipo, los Atlanta Braves, tras firmar un contrato de tres años y $42 millones durante la offseason. La sanción fue anunciada de forma oficial por la liga y confirmada mediante un comunicado difundido por la MLBPA. El castigo no solo lo aparta por media temporada, sino que también lo deja inelegible para disputar la postemporada, lo que representa un enorme revés para Atlanta, que confiaba en él como su jardinero izquierdo titular.
Un 2024 de ensueño… seguido por un 2025 de pesadilla
El castigo llega tras el mejor año de su carrera en 2024, cuando Profar brilló con los San Diego Padres, logrando su primera convocatoria al All-Star Game y conquistando un Silver Slugger. Su línea ofensiva fue de .280/.380/.459, con 24 jonrones, 85 carreras impulsadas y un OPS ajustado de 134. También destacó con un hard-hit rate del 44.4%, el más alto de su carrera, y una velocidad de salida promedio de 91.1 mph, muy por encima del 86.5 mph que tuvo en 2023.
Ese rendimiento lo convirtió en el fichaje estelar de los Braves en invierno. Sin embargo, su debut con Atlanta ha sido breve y agridulce: solo logró 3 hits en 15 turnos al bate, con una línea de .200/.250/.200 en los primeros cuatro juegos del año.
En su declaración pública, Profar afirmó estar “devastado” y aseguró que jamás consumiría voluntariamente una sustancia prohibida. Aclaró que fue sometido a ocho pruebas en 2024, todas negativas, y que esta fue la primera vez que dio positivo en su carrera.
“Hay pocas cosas que ame más que competir con mis compañeros y ser un favorito de los fans”, expresó.
Un equipo en problemas
La noticia de la suspensión llegó justo cuando los Braves atraviesan un arranque catastrófico: 0-5 en sus primeros cinco juegos, incluyendo una barrida en cuatro encuentros ante los propios Padres, que solo les permitieron anotar 7 carreras (ninguna en las últimas 22 entradas). Y como si fuera poco, el abridor Reynaldo López, una de sus figuras en 2024, fue colocado en la lista de lesionados por inflamación en el hombro, dejando al equipo sin dos piezas clave.
La gerencia reaccionó de inmediato, adquiriendo al jardinero Stuart Fairchild desde los Cincinnati Reds por dinero en efectivo. Sin embargo, no se espera que pueda unirse al equipo a tiempo para la serie contra los Dodgers, lo que obligará a los Braves a jugar un partido con un jugador menos en el roster.
Ronald Acuña Jr., aún en fase final de recuperación por su lesión de ligamento cruzado, no estará de vuelta hasta mayo. Mientras tanto, Jarred Kelenic y Bryan De La Cruz se han estado turnando en el jardín derecho. Ahora, con la baja de Profar, el equipo también podría subir a Alex Verdugo, firmado en marzo por $1.5 millones y enviado inicialmente a ligas menores para tomar ritmo.
¿Un punto de quiebre para la temporada?
El manager Brian Snitker lamentó la suspensión, pero expresó su respaldo al programa antidopaje de la liga: “Lo sentimos mucho por él, por el club y por el equipo, pero respetamos el programa de MLB. Esto le abre una oportunidad a otro jugador durante los próximos 80 días”.
El desafío ahora para Atlanta será mantenerse competitivo en una Liga Nacional que no perdona. Se espera que el as Spencer Strider vuelva a mediados de abril y que Acuña Jr. esté listo para finales de mayo o principios de junio. Mientras tanto, el club deberá apoyarse en su profundidad y su núcleo veterano.
La suspensión de Profar es un duro recordatorio de que ningún equipo está exento de sorpresas. La temporada de los Braves no podría haber comenzado con mayor turbulencia.