El debut de Roki Sasaki con los Los Angeles Dodgers ha dejado sensaciones encontradas. A sus 23 años, el fenómeno japonés ha demostrado tener una recta de más de 96 millas y lo que muchos ya llaman el mejor splitter del mundo, pero su control ha sido un verdadero problema en sus primeras dos salidas en MLB.
En su estreno en Dodger Stadium, Sasaki no pasó del segundo inning: lanzó 61 pitcheos en apenas 1.2 entradas, de los cuales solo 32 fueron strikes. Permitió 3 hits, 2 carreras limpias, 4 boletos y ponchó a 2. Desde su primer enfrentamiento con Zach McKinstry de los Detroit Tigers, mostró falta de comando, llegando a cargar las bases y cediendo carreras por sencillo de Manuel Margot y una base por bolas a Trey Sweeney.
Su debut, aunque más sólido, ya había dejado señales de alerta. Contra los Chicago Cubs en la Japan Series, solo permitió un hit, pero ya había dado 5 boletos. Ahora, su línea acumulada en dos aperturas es de 4.2 innings, 9 boletos y 4 ponches.
Esto contrasta con sus registros en Japón, donde con los Chiba Lotte Marines promedió apenas 2.0 boletos por cada 9 entradas. El propio Dave Roberts, manager de los Dodgers, sugirió que Sasaki podría estar “sobrelanzando” al intentar impresionar.
A pesar del comienzo titubeante, el potencial de Roki Sasaki es incuestionable. La clave estará en traducir su talento en resultados constantes. Su historia apenas comienza.