El regreso de Néstor Cortes al Yankee Stadium fue todo menos feliz. En su primera apertura frente a los New York Yankees desde abril de 2018, el zurdo de los Milwaukee Brewers tuvo una de las salidas más catastróficas jamás registradas en las Grandes Ligas.
Desde el primer pitcheo, Cortes fue recibido con violencia: permitió jonrones en sus tres primeros lanzamientos, un hecho rarísimo en cualquier contexto de MLB. Austin Wells añadió un cuarto cuadrangular en esa misma entrada inicial.
Las cosas no mejoraron en el segundo inning. Con los Brewers acercándose 4-3 tras un intento de reacción, Anthony Volpe conectó un jonrón de tres carreras que restauró la ventaja de cuatro para los locales. La pesadilla no paró ahí.
En total, Cortes enfrentó a 17 bateadores y permitió que 11 se embasaran: seis hits y cinco boletos. De sus primeros 64 lanzamientos, apenas el 51.6% fueron strikes, reflejando una preocupante falta de control.
Pero lo que realmente marcó esta apertura fue el hito negativo que estableció. Según Stathead, Cortes se convirtió en el primer abridor en la historia de MLB en permitir cinco jonrones y cinco boletos en dos innings o menos.
Terminó su día con ocho carreras limpias permitidas, dejando su efectividad en un abismal 36.00 ERA. Nunca antes en sus ocho temporadas en MLB había permitido más de tres jonrones en un solo encuentro.
Es un contraste doloroso para un lanzador que fue All-Star en 2022 y terminó octavo en la votación al Cy Young de la Liga Americana ese mismo año. En 2024, todavía con los Yankees, registró una línea decente: 9-10, 3.77 ERA, 162 ponches en 174.1 innings, su mayor carga de trabajo hasta la fecha.
En diciembre, Nueva York lo traspasó a Milwaukee a cambio del cerrador All-Star Devin Williams, en un movimiento que buscaba reforzar el bullpen del Bronx.
Previo al juego, Cortes expresó emociones encontradas por su regreso a Nueva York: “Estaba un poco sentimental cuando llegué”, dijo a MLB.com. “Va a ser diferente. Pero voy a estar listo.”
Lamentablemente para él y para los Brewers, esa preparación no fue suficiente. El béisbol, con su implacable memoria, lo recordará por una jornada histórica… aunque por las razones equivocadas.