La hazaña del venezolano Luis Arraez al ganar su tercer título de bateo consecutivo en la temporada 2024, vistiendo la franela de los San Diego Padres, trasciende lo meramente estadístico. No solo se convirtió en el primer jugador en la historia de la MLB en lograr tal proeza con tres equipos diferentes, sino que también puso fin a una sequía de títulos de bateo para los Padres que se extendía desde los días de Tony Gwynn.
Sin embargo, detrás del promedio de .314 se esconde una historia de superación. Arraez, orgullo de Venezuela, lidió con un ligamento desgarrado en su pulgar izquierdo durante gran parte de la segunda mitad de la temporada, una lesión que afectó notablemente su rendimiento. A pesar del dolor, su contribución fue innegable, jugando un papel crucial en la obtención de 93 victorias por parte de los Padres, la segunda mejor marca en la historia de la franquicia.
El análisis de sus números revela el impacto de la lesión. Su tasa de barriles se redujo drásticamente, pasando de 3.5% en 2023 a un 1.6% en 2024, muy por debajo de su promedio de carrera de 2.7%. Asimismo, su tasa de contacto duro disminuyó de 29.8% a 22.9%, lo que sugiere una merma en su capacidad para generar poder. Además, se observó un cambio en su distribución de bateo, con una menor frecuencia de batazos hacia el lado opuesto (29.8% en 2024 vs. 32.1% en su carrera), lo que indica dificultades para controlar la dirección de la pelota.
A pesar de estas limitaciones, Arraez logró un promedio de bateo esperado de .310, lo que demuestra su habilidad para hacer contacto y embasarse. Con una cirugía exitosa y un período de recuperación completo, se espera que recupere su nivel óptimo en 2025. Sus números históricos, con un promedio de .323 y un OPS de .790 de 2019 a 2023, respaldan esta proyección.
Un Arraez sano y en plenitud de condiciones representa un activo invaluable para los Padres. Su capacidad para embasarse y generar oportunidades de carrera para la parte media del orden ofensivo es fundamental para las aspiraciones del equipo. La posibilidad de que alcance nuevamente el umbral de .320 de promedio de bateo, como lo hizo en 2019, 2020 y 2023, es una perspectiva alentadora para los fanáticos de San Diego. Y tambien, para los fanaticos del Beisbol en Venezuela.