El mundo del béisbol está de luto. Fay Vincent, quien sirvió como el octavo Comisionado de las Grandes Ligas desde 1989 hasta 1992, falleció a los 86 años. Su paso por el cargo, aunque breve, estuvo marcado por decisiones cruciales que moldearon el futuro del deporte.
Vincent asumió el rol en septiembre de 1989, tras la repentina muerte de su amigo A. Bartlett Giamatti. Su mandato estuvo lleno de desafíos, desde el terremoto de Loma Prieta que interrumpió la Serie Mundial de 1989 hasta la prohibición y posterior reinstalación de George Steinbrenner, dueño de los Yankees. Además, Vincent supervisó la expansión de la Liga Nacional en 1993, que dio vida a los Florida Marlins y los Colorado Rockies.
Rob Manfred, el actual Comisionado de la MLB, destacó la importancia de Vincent en un comunicado: “Fay Vincent jugó un papel vital en asegurar que la Serie Mundial de 1989 en el Área de la Bahía se reanudara de manera responsable después del terremoto. También supervisó el proceso que resultó en la expansión de la Liga Nacional en 1993. Sirvió al juego durante un tiempo de muchos desafíos y siempre estuvo orgulloso de su asociación con nuestro Pasatiempo Nacional.”
Vincent no solo fue un administrador, sino también un apasionado del béisbol. Aunque su tiempo como Comisionado terminó en septiembre de 1992, cuando 18 de los 28 dueños de equipos le pidieron que renunciara, su amor por el juego nunca decayó. En una carta al editor de America Magazine, Vincent expresó su confianza en la permanencia del béisbol: “El béisbol sobrevivirá; nuestros nietos tendrán béisbol para amar y presentar a sus nietos.”
Su vida personal también fue un testimonio de resiliencia. Nacido en Waterbury, Connecticut, Vincent sufrió un accidente durante su primer año en Williams College que lo dejó paralizado de la cintura hacia abajo durante meses. A pesar de que los médicos le dijeron que nunca volvería a caminar, Vincent se recuperó y logró moverse con la ayuda de un bastón. Este evento marcó un giro en su vida, llevándolo a enfocarse en sus estudios y en una carrera legal que eventualmente lo llevaría a las altas esferas del béisbol.
Vincent también fue clave en la decisión de prohibir a Pete Rose por apostar en juegos, un momento que definió su mandato. Además, enfrentó un cierre patronal en 1990 que retrasó el inicio de la temporada y tomó la controvertida decisión de prohibir a Steinbrenner de la gestión diaria de los Yankees en julio de ese mismo año, aunque lo reinstaló dos años después.
A pesar de los desafíos, Vincent siempre mantuvo una visión optimista del béisbol. En su autobiografía, “The Last Commissioner: A Baseball Valentine”, escribió: “A lo largo de mi vida, he sido un coleccionista de historias. No conozco ningún deporte que produzca historias como el béisbol.”
El legado de Fay Vincent es un recordatorio de que, incluso en los momentos más turbulentos, el béisbol sigue siendo un juego que une a generaciones. Su pasión y dedicación al deporte perdurarán en la historia de las Grandes Ligas.