El dominio reciente de los Dodgers en MLB no solo ha generado admiración, sino también controversia. Mientras consolidan su lugar como una potencia en el béisbol, su estrategia de aplazar salarios para minimizar el impacto en el impuesto de lujo ha despertado críticas, tanto de rivales como de políticos.
Josh Becker, senador estatal demócrata de Menlo Park, ha decidido intervenir. Según Becker, los Dodgers han diferido más de $1,000 millones en salarios durante los últimos cinco años, lo que pone en riesgo hasta $138 millones en ingresos para el estado de California. El contrato de Shohei Ohtani, firmado en diciembre de 2023 por 10 años y $700 millones, incluyó $680 millones diferidos, lo que podría resultar en una pérdida fiscal significativa si Ohtani se retira en otro estado o regresa a Japón.
“Los Dodgers están explotando una laguna que nunca fue diseñada para esto,” explicó Becker. “Era un sistema pensado para pensiones de $20,000 o $25,000, no para contratos multimillonarios. Es una cuestión de equidad básica.”
El problema radica en una ley federal que permite a quienes ganan salarios en un estado y se retiran en otro evitar el pago de impuestos sobre el dinero diferido. Esto, argumenta Becker, beneficia injustamente a equipos como los Dodgers, permitiéndoles destinar más dinero a construir rosters estelares sin sufrir el impacto total del impuesto de lujo.
La controversia alcanza nuevos niveles en un panorama donde la percepción de desigualdad financiera en MLB ya es un tema candente. La habilidad de los Dodgers para fichar a estrellas como Ohtani, mientras aprovechan tácticas fiscales dentro del marco legal, ha intensificado el debate sobre la necesidad de reformar las reglas.
Si bien los Dodgers no están haciendo nada ilegal, la magnitud de estas prácticas ha llamado la atención de Becker y otros políticos. En palabras de Becker: “Es tiempo de que el Congreso limite cuánto dinero puede diferirse sin estar sujeto a impuestos.”
La discusión sobre los aplazamientos salariales no solo afecta a California, sino que también plantea preguntas más amplias sobre la competitividad y equidad en el béisbol. Mientras tanto, los Dodgers siguen construyendo su dinastía, desafiando tanto a sus rivales en el campo como a los legisladores fuera de él.