¿Juan Soto hará a los Mets contendientes en la Liga Nacional en 2025?

La posible contratación de Juan Soto por los Mets de Nueva York ha generado titulares, pero ¿es suficiente para convertir al equipo en un verdadero contendiente en 2025?

Una inversión millonaria, ¿un impacto inmediato?

Con solo 26 años, Soto apunta a firmar un contrato histórico de más de $600 millones. Si el dueño de los Mets, Steve Cohen, logra superar a los Yankees y otros equipos en la puja, aseguraría a una de las estrellas ofensivas más consistentes de MLB. Sin embargo, la incorporación de Soto no resolverá por sí sola las múltiples carencias de la organización.

Aunque Soto fortalecería instantáneamente la alineación, la rotación de los Mets enfrenta serios desafíos. En 2024, Luis Severino, Sean Manaea y José Quintana lideraron en entradas lanzadas, pero ninguno regresa para 2025. Mientras Frankie Montas llega con un historial reciente de lesiones, Kodai Senga y David Peterson son opciones sólidas, pero insuficientes para un equipo con aspiraciones al título. El presidente de operaciones, David Stearns, ha reconocido la necesidad de sumar múltiples brazos de calidad, con nombres como Corbin Burnes y Max Fried sonando en los rumores.

Otros desafíos en Queens

La posible salida de Pete Alonso agrega otra interrogante. Aunque Soto podría compensar la producción ofensiva perdida, el vacío en la inicial requeriría atención. Mark Vientos, quien mostró su potencial en 2024, podría ser parte de la solución, pero no basta para consolidar un roster ganador.

Con los Bravos de Atlanta y los Phillies de Filadelfia como fuertes competidores en la división, los Mets necesitan más que a Soto para dominar el Este de la Liga Nacional.

Reflexión para el cafecito: Un paso necesario, pero no suficiente

La llegada de Juan Soto sería un movimiento estratégico importante, pero no transforma automáticamente a los Mets en favoritos para la Serie Mundial. La directiva deberá equilibrar sus recursos para fortalecer tanto la rotación como el infield y, así, cumplir con las expectativas de una afición ansiosa por otro título.