Dodgers y los Contratos Diferidos: Un Enfoque Financiero a Largo Plazo

Los Ángeles Dodgers han elevado sus compromisos financieros a largo plazo con contratos diferidos que ahora suman más de $1,000 millones, distribuidos entre siete jugadores de élite. Entre los acuerdos más recientes destacan los de Blake Snell, quien firmó por $182 millones, y Tommy Edman, quien aseguró $74 millones. Estos contratos reflejan una estrategia calculada que permite al equipo maximizar su flexibilidad a corto plazo mientras se proyecta hacia el futuro.

Blake Snell: $182 millones con $66 millones diferidos

El contrato de Snell incluye un bono por firma de $52 millones, pagadero en enero de 2025, y salarios anuales de $26 millones, de los cuales $13.2 millones serán diferidos entre 2035 y 2046. Este enfoque reduce su impacto en la nómina para el impuesto de lujo a $31.4 millones anuales, optimizando el gasto actual. Además, Snell tendrá beneficios adicionales como una suite en cada gira y un bono de $5 millones en caso de ser transferido a otro equipo.

Tommy Edman: $74 millones con $25 millones diferidos

Por su parte, Edman recibirá un bono por firma de $17 millones y un salario anual que oscila entre $5 millones y $12.25 millones, con $6.25 millones diferidos cada temporada entre 2035 y 2044. Los pagos diferidos están estructurados en múltiples plazos, asegurando ingresos sostenidos a lo largo de la próxima década y media.

Un modelo consolidado en los Dodgers

Además de Snell y Edman, jugadores como Shohei Ohtani ($680 millones entre 2034 y 2043), Mookie Betts ($115 millones entre 2033 y 2044) y Freddie Freeman ($57 millones entre 2028 y 2040) destacan en este esquema. Estas cifras posicionan a los Dodgers como pioneros en el uso de contratos diferidos para mantener a sus estrellas mientras planifican cuidadosamente los pagos futuros.

Análisis financiero: ventajas y desafíos

Según Andrew Friedman, presidente de operaciones de béisbol de los Dodgers, este enfoque permite utilizar el capital actual en inversiones que generen rendimiento, mientras se planifica con precisión para evitar sorpresas financieras. Aunque esta estrategia ofrece beneficios inmediatos, también plantea desafíos en caso de que los jugadores no rindan como se espera o sufran lesiones prolongadas.

¿Por qué funciona este enfoque?

El éxito de este modelo radica en la confianza mutua entre los jugadores y la organización. Jugadores como Snell y Edman valoran la estabilidad financiera a largo plazo, mientras que el equipo se asegura de mantener una nómina competitiva a corto plazo. Además, las contribuciones benéficas del 1% de sus salarios refuerzan un compromiso tanto deportivo como social.


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