Rays arrancan con 47 de 59 en casa, pero cierran con 69 de 103 en la carretera: un calendario que refleja su complicada realidad
La temporada 2025 de los Tampa Bay Rays ilustra los retos de una franquicia en crisis. Aunque el equipo comenzará con 47 de sus primeros 59 juegos en casa, el panorama se oscurece rápidamente con 69 de los últimos 103 juegos en la carretera. Este ajuste, impulsado por los daños a Tropicana Field tras el huracán Milton, subraya las dificultades que enfrentan los Rays tanto en el terreno como fuera de él.
Un calendario desequilibrado
El cambio de calendario busca evitar las lluvias y el calor del verano en Florida, lo que ha llevado a una reestructuración sin precedentes. De abril a mayo 28, los Rays jugarán la mayoría de sus juegos en casa, pero su camino hacia la postemporada se complicará con largas giras en julio y agosto. Solo tendrán ocho juegos en casa en cada uno de esos meses, un hecho que podría pasar factura tanto al equipo como a su base de aficionados.
Steinbrenner Field: un hogar temporal con grandes desventajas
El uso de George M. Steinbrenner Field, un estadio destinado a ligas menores, añade otra capa de complejidad. Jugar en un estadio menos equipado y con capacidad reducida afecta la experiencia de los jugadores y aliena aún más a una afición que ya enfrenta dudas sobre la permanencia del equipo en Tampa Bay.
Perspectivas históricas y controversia
El ajuste al calendario ha generado críticas hacia MLB. Mientras equipos como los Rangers y los Marlins han jugado al aire libre en condiciones climáticas similares, los Rays se ven obligados a modificar su temporada entera para evitar la humedad y las lluvias. Este cambio, aunque necesario a corto plazo, podría ser interpretado como una señal de que MLB está perdiendo la fe en el futuro de los Rays en Tampa.
Un cierre complicado y un futuro incierto
La combinación de giras largas y una temporada como “invitados” en su propio estado convierte a los Rays en un equipo vulnerable, tanto en lo deportivo como en lo económico. La falta de avances hacia un nuevo estadio con techo retráctil o cerrado alimenta las especulaciones de un posible traslado, siguiendo el camino de los Athletics.
El calendario 2025 no solo representa un desafío para los Rays en el terreno de juego, sino que también pone en evidencia la fragilidad de la relación entre la franquicia, MLB y la comunidad de Tampa Bay. Este año podría ser un punto de inflexión para definir su futuro.
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