Fallece Rico Carty, legendario bateador dominicano, a los 85 años
El mundo del béisbol lamenta la pérdida de Rico Carty, quien falleció el sábado a la edad de 85 años. Carty, oriundo de San Pedro de Macorís, República Dominicana, fue uno de los bateadores más prolíficos y consistentes de su generación, dejando un legado imborrable en las Grandes Ligas y en la Liga Dominicana.
Inicios y ascenso en las Grandes Ligas
Firmado como agente libre por los Milwaukee Braves (hoy Bravos de Atlanta) en 1959, Carty comenzó su carrera como receptor. Sin embargo, debido a sus habilidades defensivas limitadas pero con un bate excepcional, fue trasladado al jardín izquierdo para maximizar su impacto ofensivo.
Después de cuatro años en las ligas menores, Carty debutó en las Grandes Ligas en 1964. En su temporada de novato, sorprendió al mundo del béisbol al terminar segundo en la votación para el Novato del Año de la Liga Nacional, detrás de Dick Allen. Registró un impresionante promedio de bateo de .330, acompañando con 22 jonrones y 88 carreras impulsadas.
Consistencia ofensiva y lucha contra la adversidad
Durante las siguientes tres temporadas, Carty mantuvo un promedio de bateo por encima de .300, consolidándose como uno de los bateadores más temidos de la liga. Sin embargo, en 1967, una dislocación de hombro afectó su rendimiento, reduciendo su promedio a .255.
En 1968, enfrentó uno de los mayores desafíos de su carrera al ser diagnosticado con tuberculosis, lo que lo obligó a perder toda la temporada. Contra todo pronóstico, regresó en 1969 con más fuerza, bateando .342 y ayudando a los Bravos a ganar el título de la División Oeste de la Liga Nacional, su primer título divisional en la era moderna de las Grandes Ligas.
La temporada de ensueño de 1970
El punto culminante de la carrera de Carty llegó en 1970. Esa temporada, lideró la Liga Nacional en promedio de bateo con un extraordinario .366, el más alto en las Grandes Ligas desde el .388 de Ted Williams en 1957. Además, encabezó la liga en porcentaje de embasado con .454. A pesar de no estar en la boleta oficial, fue elegido como titular en el Juego de Estrellas como candidato por escrito, un testimonio de su popularidad y rendimiento excepcional.
Carty también estableció un récord de la franquicia de los Bravos con una racha de 31 juegos consecutivos bateando de hit, marca que se mantuvo hasta 2011 cuando fue superada por Dan Uggla. Su desempeño le valió el décimo lugar en la votación al Jugador Más Valioso de la Liga Nacional, compitiendo con leyendas como Johnny Bench y Willie McCovey.
Lesiones y resurgimiento
Desafortunadamente, una lesión de rodilla sufrida durante la temporada invernal en República Dominicana le impidió jugar en 1971. Aunque regresó en 1972, las lesiones continuaron afectándolo, y las tensiones con la gerencia y algunos compañeros de equipo de los Bravos llevaron a su intercambio a los Texas Rangers.
En 1973, tras una fractura de mandíbula y dificultades para adaptarse al rol de bateador designado, Carty tuvo una temporada tumultuosa, pasando por los Rangers, Cubs y Athletics, y finalizando con un promedio combinado de .229. Muchos pensaron que su carrera en las Grandes Ligas había terminado.
Sin embargo, Carty encontró una nueva oportunidad en la Liga Mexicana con los Cafeteros de Córdoba en 1974. Su destacada actuación allí le valió un contrato con los Cleveland Indians, donde revitalizó su carrera. Entre 1974 y 1977, mantuvo un promedio de bateo superior a .300 en dos temporadas y se convirtió en un pilar como bateador designado.
Últimos años y legado
En 1978, a los 38 años, Carty tuvo una de sus mejores temporadas, bateando .282 con 31 jonrones y 99 carreras impulsadas, estableciendo su récord personal de cuadrangulares en una sola temporada. Jugó con los Toronto Blue Jays y los Oakland Athletics, demostrando que aún tenía mucho que ofrecer al béisbol.
Se retiró en 1979 con un promedio de bateo de por vida de .299, acumulando 1,677 hits, 204 jonrones y 890 carreras impulsadas en 15 temporadas. Su versatilidad le permitió jugar en múltiples posiciones, incluyendo receptor, primera base, tercera base y los jardines, además de ser uno de los primeros bateadores designados destacados.
En la Liga Dominicana, Carty dejó su huella jugando para las Estrellas Orientales, Leones del Escogido, Tigres del Licey y Águilas Cibaeñas. Ostentó el récord de más jonrones en la liga con 59 hasta que fue superado en 2005. Fue exaltado al Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano en 1989, reconociendo su impacto en el béisbol nacional.
Análisis del impacto de Rico Carty
La carrera de Rico Carty es un ejemplo de perseverancia y talento puro. A pesar de enfrentar lesiones graves y enfermedades que amenazaron con truncar su carrera, siempre encontró la manera de regresar y rendir al más alto nivel. Su capacidad para batear con consistencia lo colocó entre los mejores de su era, y sus estadísticas reflejan esa excelencia.
Su temporada de 1970 es especialmente notable, no solo por los números, sino por las circunstancias. Después de perder una temporada completa por tuberculosis, regresar y liderar la liga en promedio de bateo y porcentaje de embasado es un logro extraordinario. Además, ser elegido al Juego de Estrellas como candidato por escrito demuestra el respeto y admiración que tenía entre los aficionados.
Carty también fue pionero como uno de los primeros bateadores designados en la Liga Americana, adaptándose a los cambios del juego y extendiendo su carrera exitosamente. Su influencia se siente en las generaciones de jugadores dominicanos que lo siguieron, inspirados por su determinación y éxito en las Grandes Ligas.
Conclusión
Rico Carty será recordado como uno de los grandes bateadores de su época y un verdadero embajador del béisbol dominicano. Su legado perdura no solo en las estadísticas, sino en la inspiración que brinda a todos aquellos que enfrentan adversidades. El béisbol pierde a una leyenda, pero su historia continuará motivando a futuras generaciones.
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