La situación de los Rays de Tampa Bay se encuentra en un punto crítico. La devastación causada por el huracán Milton ha retrasado el proceso de aprobación de bonos necesarios para el financiamiento del nuevo estadio, inicialmente programado para abrir en 2028. Con las votaciones postergadas más allá de las elecciones de noviembre, la composición del consejo cambió, aumentando la incertidumbre.
El dueño del equipo, Stu Sternberg, ha advertido que la reubicación podría ser una posibilidad real si no se concretan los acuerdos. Aunque Sternberg aseguró estar comprometido a explorar todas las opciones para mantener a los Rays en la región, el reciente retraso podría empujar los planes más allá de 2029 y elevar los costos de construcción en más de 100 millones de dólares.
Factores en juego: política y logística
La elección de Steinbrenner Field como sede temporal para 2025 también ha generado polémica. Este estadio, hogar de los entrenamientos primaverales de los Yankees, está ubicado en el condado de Hillsborough, lo que ha sido criticado por funcionarios de Pinellas County, donde reside la base histórica de los Rays. A pesar de las críticas, Steinbrenner Field ofrece una mayor capacidad y mejores instalaciones renovadas, lo que podría mitigar las pérdidas de ingresos durante la transición.
Por otro lado, el comisionado de Pinellas, Chris Latvala, ha expresado su falta de urgencia respecto a la aprobación de los bonos, indicando que el proceso podría extenderse, poniendo en peligro el apretado cronograma para iniciar la construcción en 2025.
Análisis de impacto económico y deportivo
El retraso en la construcción no solo representa un desafío político, sino también financiero. Si los costos adicionales recaen sobre los Rays, el impacto en su presupuesto podría limitar su capacidad de competir en el terreno de juego. Además, la pérdida de ingresos al jugar en un estadio más pequeño entre 2025 y 2028 podría agravar esta situación.
El posible retraso también plantea preguntas sobre la viabilidad de mantener al equipo en Florida. La combinación de factores políticos, económicos y logísticos podría llevar a los Rays a explorar seriamente opciones de reubicación, una posibilidad que Sternberg no ha descartado.
Los próximos meses serán cruciales para definir el futuro de los Rays y su estadio. La combinación de tensiones políticas, costos crecientes y pérdida de ingresos crea un panorama complicado que podría tener repercusiones tanto en lo económico como en lo deportivo.