Freddie Freeman y su histórica Serie Mundial: Un MVP que jugó entre el dolor
Freddie Freeman demostró que, a veces, la grandeza viene acompañada de dolor. El inicialista de los Dodgers jugó una Serie Mundial épica, marcada no solo por su indiscutible talento, sino también por un aguante increíble frente a dos serias lesiones. Su tobillo lastimado ya había generado dudas sobre su participación, pero fue una fractura en el cartílago de su sexta costilla, sufrida en una práctica de bateo, lo que realmente puso en riesgo su participación. Sin embargo, Freeman no solo jugó: brilló y se coronó MVP.
La lesión en las costillas, típica de alejar a jugadores durante meses, le produjo tal dolor que necesitó ayuda para levantarse y someterse a estudios. A pesar de la recomendación de su padre para retirarse de los juegos, Freeman decidió seguir adelante, y sus estadísticas en la Serie Mundial reflejan esa decisión. Conectó 4 jonrones en juegos consecutivos, incluyendo el primer walk-off grand slam en la historia de la Serie Mundial, y produjo un crucial hit de dos carreras en la quinta entrada del decisivo Juego 5, cuando los Dodgers remontaron.
El contexto no fue menos desafiante para los Dodgers. Con una rotación mermada y prácticamente limitada a tres abridores, además de la ausencia de Shohei Ohtani, quien sufrió una dislocación en el hombro, el equipo dependió de una fuerza colectiva que culminó con una victoria llena de valentía. La entrega de Freeman y su rendimiento bajo una adversidad tan intensa se consolidan como una de las actuaciones más heroicas en la historia reciente de la MLB.