Dodgers Ponen Contra las Cuerdas a los Yankees: ¿Se Viene la Barrida en la Serie Mundial?
Los Dodgers dieron un golpe contundente en el tercer juego de la Serie Mundial al derrotar 4-2 a los Yankees, poniendo el marcador 3-0 y dejando a Nueva York sin margen de error. Esta ventaja no es cualquier cosa: de las veces que los Yankees han remontado una desventaja de 2-0 en la Serie Mundial, jamás han vuelto de un 3-0. Solo una vez en la historia de las Grandes Ligas un equipo ha remontado tal desventaja, y esa herida aún está fresca en la memoria de los Bombarderos del Bronx.
El juego empezó cuesta arriba para los Yankees cuando su abridor, Clarke Schmidt, batalló para encontrar la zona de strike. A pesar de su habilidad para rotar lanzamientos, Schmidt solo colocó el 54% de sus pitcheos en la zona, sin éxito con su cutter, que falló un 71% de las veces. La paciencia de los Dodgers pagó dividendos: Freddie Freeman aprovechó un lanzamiento alto para conectar su quinto jonrón consecutivo en Series Mundiales, igualando un récord histórico. Este descontrol temprano en el juego les dio a los Dodgers la ventaja inicial, y Schmidt se fue sin completar tres entradas.
Por su parte, Walker Buehler, en posiblemente su última salida con los Dodgers, mostró por qué es un pilar en la rotación angelina. En cinco entradas, permitió solo cuatro corredores y sumó cinco ponches. No fue un dominio absoluto, pero suficiente para mantener en cero a una ofensiva de los Yankees que parecía sin rumbo. Ni las estrellas ofensivas —Juan Soto, Aaron Judge, Gleyber Torres y Jazz Chisholm Jr.— lograron conectar, acumulando un 0-13 en conjunto.
Los Yankees tuvieron oportunidades, pero el destino pareció jugar en su contra. Un ejemplo clave fue en la cuarta entrada, cuando Judge conectó un lanzamiento malo de Buehler, pero la bola quedó corta, atrapada en el guante de Teoscar Hernández, sin ni siquiera acercarse a la cerca. Judge, quien ha tenido un desempeño inconsistente, cerró la noche con un decepcionante 1-13 en la serie y siete ponches, lo cual no es habitual para un jugador de su calibre.
Además, una combinación de decisiones arriesgadas y jugadas defensivas de élite complicaron aún más a Nueva York. Luis Rojas, coach de tercera, intentó mandar a Giancarlo Stanton al plato con un sencillo corto de Volpe, pero la precisión de Hernández desde el jardín izquierdo lo puso out cómodamente. Todo pareció ir cuesta abajo desde allí.
Aunque los Yankees nunca estuvieron completamente fuera del juego —un jonrón de dos carreras de Alex Verdugo en la novena dio esperanza momentánea—, la realidad es que los Dodgers controlaron la narrativa del partido y mantienen a los Yankees al borde de una eliminación histórica. Con un bullpen desgastado y poco margen para errores, Nueva York enfrentará el próximo juego como una verdadera prueba de supervivencia.