Rudy May: Una Vida de Logros en el Montículo
Esta semana, el mundo del béisbol perdió a una leyenda: Rudy May, quien falleció a los 80 años. Con una carrera que abarcó 16 temporadas en MLB, May destacó como uno de los lanzadores zurdos más consistentes de su época. A lo largo de su carrera, jugó para los Angels, Yankees, Orioles y Expos, consolidando su lugar en la historia con su imponente presencia en el montículo.
Desde sus inicios, May demostró ser un talento especial. Firmado en 1962, debutó con los Angels en 1965. Después de algunos desafíos iniciales, se estableció como un lanzador de confianza, manteniendo un sólido promedio de 3.51 ERA en casi 950 innings durante cinco temporadas con los Angels. Este tipo de consistencia era raro en su época, especialmente para un zurdo, y su habilidad para adaptarse lo convirtió en una pieza invaluable para cualquier equipo.
El cambio a los Yankees en 1974 fue un renacer en su carrera. May logró una impresionante efectividad de 2.28 ERA en 114 1/3 innings ese año, demostrando su capacidad para elevar su rendimiento en escenarios importantes. Su mejor temporada llegó en 1980, donde, a los 35 años, lideró la Liga Americana con una efectividad de 2.46 ERA. Ese mismo año, finalmente hizo su debut en postemporada, demostrando su temple en el Juego 2 de la ALCS contra los Royals.
La carrera de May también tuvo altibajos, con temporadas de relevista y abridor que reflejan su versatilidad. En 1979, con los Expos, dominó en un rol mixto, manteniendo una ERA de 2.31 en casi 94 innings. Su éxito en múltiples roles habla de su adaptabilidad y profesionalismo.
En total, Rudy May acumuló 152 victorias, 1760 ponches y una efectividad de 3.46 en 2622 innings. Su carrera fue un testimonio de resiliencia y habilidad, y su legado perdurará como uno de los grandes lanzadores zurdos que dominaron las décadas de 1960 a 1980.