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¿Sigue el MVP bajo el efecto Cochrane?
Como saben, el premio MVP se comenzó a otorgar en 1931. Anteriormente habían premios para los mejores de las grandes ligas pero estos desaparecían o no había ganadores y por esta razón se estableció el MVP (jugador más valioso) que es el que conocemos actualmente.
Otra cosa que seguro deben saber es que el premio no tiene unas directrices, el voto está sujeto a la interpretación de lo que cada votante considera qué jugador se merece recibir tal honor.
Hace cinco años, Anna McDonald del The Hardball Times escribió un artículo donde entrevistó a Jack O’Connell, tesorero de la BBWAA, donde hablaba sobre las directrices para votar, en este caso sobre el MVP. Les traigo parte de lo que creo es lo importante en nuestra discusión:
No hay una definición clara de lo que significa Más Valioso. Eso depende de cada elector que decida quién es el Jugador Más Valioso en cada liga. El MVP no tiene que ser del ganador de la división o del que clasifique a los playoffs.
Las reglas para votar siguen siendo las mismas tal como fueron escritas en la primera boleta de 1931:
- El valor del jugador para su equipo.
- Número de juegos jugados.
- Carácter general, disposición, lealtad y esfuerzo.
- Ganadores anteriores son elegibles.
- Los miembros del comité pueden votar por más de un miembro de un mismo equipo.
Un poco ambiguo ¿no les parece? Por eso, cuando le preguntas a un periodista que por qué votó por equis jugador, te da unas razones que puedan o no ser similares a la tuya.
El MVP de 1934
Apenas tres años desde que se estableciera este premio, en 1934, vino quizás la primera polémica.
Resulta que un tal Lou Gehrig logró en esa temporada de 1934 apenas una Triple Corona de bateo y además fue el líder en AVG, OBP, OPS, SLG e incluso en OPS+ con 206. Y terminó con 10.9 de WAR, repito, 10.9 de WAR... Se supone que con 6.0 hablamos de que es un jugador que debería ser considerado para el MVP.
Obviamente, WAR (guerra) en aquel entonces era lo heroico para defender tu país de las amenazas de países totalitarios europeos. No era una herramienta para el análisis de los jugadores.
Los Yanquis de Gehrig quedaron de segundos en esa temporada a siete juegos de los líderes Tigres de Detroit que dejaron marca de 101 victorias por 53 derrotas.
Sin duda alguna, el alma de ese equipo era su receptor/manage Mickey Cochrane. No obstante, habían otros tres Tigres que dejaron mejores marcas que el careta felino: Charlie Gehringer (8.4 de WAR; 149 OPS+), Hank Greenberg (6.2; 156) y Billy Rogell (4.8; 98). Rogell dejó un OPS+ pero a cambio fue el líder del equipo en Juegos Jugas.
Crochane dejó un WAR de 4.0 y 117 de OPS+.
No les voy a traer el "chorro" de números que vendría a continuación para no hacer este post más largo de lo que debería.
Para terminar sobre 1934, incluso Jimmie Foxx con 8.9 de WAR y 186 de OPS+ parece un candidato más lógico. Lo malo de Foxx es que sus Atléticos de Filadelfia terminaron quintos con 68 victorias por 82 derrotas a 31 juegos de Detroit.
Harper era el megafavorito hasta la debacle de los Nacionales
Otro caso, pero más actual, es Bryce Harper. Resulta, que hasta el mes de julio todos los entendidos daban como "fijo" a ganar el MVP a Harper, de los Nacionales. Pero, ahora no lo es. Todo ese apoyo de la prensa que tenía hace dos meses ya no está ahí.
Hemos dicho que, según la herramienta WAR, para poder optar al MVP se debería (no es obligatorio sino una referencia) tener al menos 6.0 de WAR. Pues bien, siguiendo el mismo criterio, Bryce Harper (8.9 de WAR; 199 de OPS+), Paul Goldschmidt (7.6; 165) de Arizona y Joey Votto (7.1; 178) de los Rojos, ya no deberían ser los favoritos para aquellos que piensan que el MVP debería venir de un equipo clasificado.
Para ellos, quizás Anthony Rizzo (6.1; 149) debe ser el claro favorito.
Por cierto, Rizzo tiene un único liderato, de momento, y es en golpeados.
Pero hablemos un poco de Harper y los Nacionales.
Resulta que el único bateador de Washington con números increíbles es Harper. El resto de los bateadores están a niveles de jugadores de reemplazo o menos.
¿Qué quiere decir esto? Que los Nacionales deberían estar jugando para .500 de promedio (igual victorias que derrotas).
¡¡¡Hey, espera!!! Que Washington amaneció casi en .500 (71-69).
Gracias a Harper, los capitalinos estuvieron de líderes de su división. ¿Se imaginan a ese equipo sin Harper? Me atrevería a decir que quizás podrían ser un equipo de .400 y no de .500 como están actualmente.
¿La debacle de Washington? De eso hablaremos en otra oportunidad.
Y sobre la pregunta de este hilo que abro, la respuesta es (creo que) sí, que seguimos con el efecto Cochrane aún a 81 años de su MVP. Creo que es lo bonito del béisbol, que todos (en parte) tenemos razón ¿no es así?
El tema del MVP es de esos de nunca acabar.
Mi impresión es que cada tanto tiempo varía la corriente de opinión sobre el "prototipo" de pelotero que debe ganar el premio esa temporada y por ahí terminan yendo los tiros. Recuerdo el año que lo ganó Verlander, parecía que había que dárselo a un pítcher porque hacia tiempo que ningún lanzador lo ganaba.
Para mí el MVP debe ser el pelotero que hace "más mejor" a su equipo, y perdóneme el barbarismo. Quiero decir que entre un pelotero X que tiene 9 de WAR y juega en un equipo que va sobrado y un pelotero Y con 7 de WAR pero sin su aporte el equipo no tendría vida y con su aporte sí la tiene, el premio yo se lo doy al pelotero Y
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