Opinemos sobre este analisis del periodista Carlos Valmore Rodríguez acerca de lo que le espera a Santana con los Mets. Ojo, el analisis utiliza estadisticas reales pero extraidas con pinzas para soportarlo:

"Carlos Valmore Rodríguez
Columna Con los Ganchos - Diario Lider
No va a un remanso de paz

Lunes 4 de febrero de 2008
Así, al rompe, se puede pensar que al salir de una división como el centro de la Americana (donde hay equipos bateadores como Cleveland y Detroit) para entrar en el este de la Nacional (en la cual habitan toleterías flojas como las de Florida y Washington), Johan Santana enfrentará un poder de fuego abiertamente inferior que le facilitará aumentar su cuota de victorias. Las estadísticas le restan sustentación a esa creencia. En 2007 Indios, Tigres, Medias Blancas y Reales, los elencos a los que el zurdo debía enfrentarse con mayor regularidad, se combinaron para fabricar 4,8 rayitas por desafío. Al mismo tiempo Marlins, Bravos, Nacionales y Filis, que serán los combinados contra los cuales lanzará el tovareño con más frecuencia, se mezclaron para fabricar 4,9 rayitas por desafío. La diferencia es insignificante.

Y a pesar de la ausencia de designado tampoco hubo, al menos el año pasado, un abismo tan profundo entre la producción ofensiva de ambos circuitos. Los combinados de la Liga Nacional pisaron el plato a razón de 4,7 veces por encuentro, en tanto que los de la nueva conferencia cruzaron el pentágono 4,9 ocasiones por combate. El promedio colectivo de los socios de la Americana fue de .271, contra .266 de los afiliados a la Nacional; pero si nos vamos al slugging, rubro que retrata la contundencia de los batazos que suena un chocador o grupo de paleadores, las dos confederaciones se hallan igualadas: .423. Los pitchers de la Americana recibieron un vuelacerca por enfrentamiento, mientras que los de la Nacional sufrieron 1.05 bambinazos por choque. En porcentaje de embasado la Nacional pierde .338 a .334.

Lo que quiero decir con todo esto es que no debemos caer en el error de creer que por haber pasado a la Nacional Santana va a ganar 25 partidos. No hay tanta disparidad. Yo por ejemplo creía que al pasar de los Mellizos a los Mets “El Gocho” iba a reducir de manera considerable su cantidad de partidos sin decisión en beneficio de los triunfos, porque los metropolitanos le iban a garantizar un soporte ofensivo superior. ¿Pero saben qué? No es cierto. Entre 2004 y 2007 el criollo sumó 32 salidas sin decisión con los Twins, en tanto que Glavine, un hombre que por su habilidad con el madero y resistente brazo suele quedarse en la loma casi hasta el final, acumuló 38 con los Mets. Durante el calendario anterior los gemelos le ofrendaron al escopetero andino 5.1 anotaciones de apoyo. Los neoyorquinos, con todo y Carlos Beltrán, Carlos Delgado, David Wright, Moisés Alou, Paul Lo Duca y José Reyes le hicieron a Glavine (as de su rotación, como ahora lo será Santana) una cortina de 5,2 carreras.

Voy a ir más allá. Al marcharse de Minneápolis, Santana verá reducirse la ventaja de la defensa. Ni el mejor lanzador puede ponchar a todos sus contrincantes, ni siquiera a la mayoría. En mayor o menor medida el tirador depende de sus compañeros fildeadores, y los ex camaradas del merideño eran más seguros con el guante que los nuevos. En 2007 Minnesota logró un porcentaje de fildeo de .984 para ubicarse decimotercero en el ranking de MLB. Los Mets, en cambio, se colocaron en la casilla 18, con .983. El Metrodome es el tercer parque más amistoso con los lanzadores, mientras que el Shea es amable con ellos, pero un poco menos, pues en ese escalafón se sitúa en el octavo peldaño. Más de una vez Santana echará de menos la estructura abovedada y la novena que acaba de abandonar.

Seguramente algunos observadores añadirán a las desventajas de ir a Nueva York el acoso de los implacables medios de la ciudad y la pugnacidad e impaciencia del público. Yo no lo haría. Santana ha jugado siempre en una ciudad de mercado pequeño en la que los fanáticos son poco exigentes y muy solidarios, pero ha demostrado que sabe lidiar con la prensa y que es un hombre centrado, al que ni el rugido de un millón de personas haría temblar. Por otra parte, la afición y los reporteros de la “ciudad que nunca duerme” le caen encima a los que fracasan, y no hay por qué pensar que el mejor pitcher del beisbol vaya a sucumbir en la Gran Manzana. Es posible que haya algunos exaltados se metan con él a finales de abril en caso de que el serrano tenga uno de sus acostumbrados arranques fríos, pero ya verán cómo lo aplauden en junio.

Santana se ha codeado con los grandes monticulistas de la historia gracias a algunas de sus gestas, como la triple corona obtenida en 2006 y su obtención del Cy Young por votación unánime en dos ocasiones. Con su traslado a la Liga Nacional podrá unirse a otra lista exclusiva: la de aquellos quienes se han llevado el Cy Young en ambas conferencias. Los únicos que lo han hecho son Gaylord Perry (1972 con los Indios de Cleveland y 1978 con los Padres de San Diego), Pedro Martínez (1997 con los Expos de Montreal, 1999 y 2000 con los Medias Rojas de Boston), Roger Clemens (1986, 1987 y 1991 con Boston, 1997 y 1998 con los Azulejos de Toronto, 2001 con los Yanquis de Nueva York y 2004 con los Astros de Houston) y Randy Johnson (1995 con los Marineros de Seattle y 1999, 2000, 2001 y 2002 con los Cascabeles de Arizona). Perry ingresó al Salón de la Fama y es muy posible que Clemens, Johnson y hasta Martínez (los tres aún activos) se le unan algún día.

Por otro lado, los Mets hace rato que no tienen en sus filas a un pitcher conquistador del galardón. El último fue Dwight Gooden en 1985. Antes del doctor K, el único que se había llevado la condecoración con el uniforme de los metropolitanos era Tom Seaver, quien lo capturó en 1975, 1973 y 1969. Es curiosa esa larga espera, tomando en cuenta que los Mets es una franquicia de alto presupuesto que puede conseguir pitchers insignes. Han fichado a Pedro Martínez y a Frank Viola, pero ninguno de los dos pudo adueñarse del premio. Ojalá que Johan Santana sí pueda."