Houston - El viernes Carlos Delgado estaba jugando su pasatiempo invernal favorito en el camerino visitante, estaba sentado en una mesa de dómino que Ramón Castro, su compañero de equipo y compatriota, le había mandado a hacer en Miami y que tiene grabada una bandera de Puerto Rico con la inscripción Mi Orgullo.

Hace un mes el orgullo de Delgado estaba siendo probado, sin lugar a dudas. Comenzó el mes de julio bateando para .228 y llegó a caer tan bajo como al séptimo turno en la alineación, puesto que hacía más de una década no había ocupado.

Ahora Delgado está de limpia bases, sacando a su compatriota Carlos Beltrán como cuarto bate. Es un serio contendor para llevarse el honor a Jugador del Mes de la Liga Nacional para el mes de julio. Además, la opción de $12 millones que tiene el equipo para la campaña del 2009, que no hacía mucho lucía fácilmente descartable, actualmente luce como una buena inversión si se considera que de lo contrario los Mets tendrán que comprarla por $4 millones.

“El orgullo no puede nublarnos”, comentó Delgado. “Estaba bateando para .228. Eso no me gustaba. Nunca había bateado tan mal. ¿Pero qué podía hacer? Tenía que jugar mejor. Lo internalicé. No formé un berrinche. Cuando haciendo buenos swings con el bate puedo batear .300, pero de momento me ponen séptimo. Lo pude haber tomado como algo personal”.

“Pero lo entendí. Era el jugador que estaba bateando para .228”.

Delgado -cuyo promedio subió 32 puntos en julio gracias a haber bateado para .357, con nueve cuadrangulares y 24 remolcadas- insiste que nunca pensó que su carrera había concluido. Sugirió de que era conocido de que tenía una falla mecánica en su swing, que finalmente fue corregida y que ahora se está moviendo más rápido llevando sus manos atrás para ponerse listo a tirarle al lanzamiento que le agrade.

Aún así, hasta Jerry Manuel, el dirigente interino de los Mets, tuvo sus dudas de que Delgado pudiera mantener su actual producción durante un mes completo.

“Estoy sorprendido de que haya podido mantener esta racha tanto tiempo, especialmente si consideramos por todo lo que ha pasado”, dijo Manuel. “Al mismo tiempo, también he comprendido que es hombre de mucha fortaleza mental”.

Manuel tenía sus dudas de que las lesiones recientes que había sufrido Delgado, de 36 años, habían tenido un efecto mayor en su inicialista. Hace dos inviernos fue operado de la muñeca y codo y luego sufrió la fractura de su mano izquierda al ser golpeado por un lanzamiento de Dontrelle Willis en el día final de la pasada campaña.

“Sabía que físicamente estaba bien”, comentó Delgado. “Sabía que estaba sacando el bate con buena velocidad. Hubo juegos donde salía al terreno y me sentía bien, pero al otro día me sentía como si nunca antes hubiera jugado. Uno tiene que encontrar esa consistencia y lograrlo de tal manera que lo haga automático. Llegué al punto donde pensaba en qué era lo que estaba mal ya que todo estaba saliendo mal”.

Ayer, Delgado, bateando cuarto se fue de 4-3 en el revés, 4-0, que sufrieron los Mets ante los Astros de Houston.

Por: El Nuevo Dia- Puerto Rico