Kansas City_¿Está alguien teniendo un verano más grandioso que el de Mike Avilés?

Todo lo que le está pasando al nuevo campo corto de los Reales de Kansas City desde que el clima se tornó cálido es la consecución de un sueño de toda la vida, fama repentina, la promesa de riqueza y una respuesta afirmativa cuando él le pidió a su novia si deseaba convertirse en su esposa.

“Me estoy divirtiendo”, dijo con una sonrisa Avilés, nacido en Nueva York y de padres puertorriqueños. “Esa es la mejor manera de describirlo, me estoy divirtiendo. Lo que hice para llegar hasta aquí valió la pena”.
Nadie puede decir que el novato de 27 años no trabajó duro para llegar hasta aquí. Escogido en la séptima ronda del sorteo de novatos de 2003, poco a poco fue trabajando laboriosamente y subiendo peldaños en las Menores.

Avilés todavía estaba en Omaha (Triple A) a principios de este año. Entonces, después de que el promedio de bateo de Tony Peña, hijo, se hundió en alrededor de .150, el boricua fue ascendido finalmente. Eso fue al final de una racha perdedora de 12 juegos de los Reales terminando el mes de mayo. Desde entonces, Avilés se ha apoderado del trabajo como iniciador y le trajo renovado entusiasmo al camerino completo. Fue reconocido la semana pasada compartiendo el premio de Jugador de la Semana de la Liga Americana.

“Siempre pensé que si me mantenía trabajando fuerte, todo caería finalmente en su lugar”. Pero solo por si no ocurría, él estuvo preparado sicológicamente.

“Si me mantenía trabajando fuerte, al menos podría tener paz mental. Sabía que había dado todo de mí. Si eso no funcionaba, no funcionaba. Pero simplemente me dije a mí mismo que nunca me rendiría”.

Todos sus números, hasta ahora, son optimistas. Estuvo bateando para .330 con siete cuadrangulares y 31 carreras empujadas al llegar la serie del fin de semana contra Minnesota. Pero hay un pequeño problema. Habiendo perdido los primeros dos meses de la temporada, probablemente no tendrá oportunidad de igualarse con candidatos como Evan Longoria y Jacoby Ellsbury en la votación para el premio de Novato del Año. Tampoco podría tener los suficientes turnos para cualificar para el título de bateo.

Pero eso no detendrá a los Reales en sus planes de convertirlo a él en su campo corto permanente, un sueño que Avilés ha tenido toda la vida.

“Mike no es la clase de muchacho que venga aquí buscando su beneficio particular”, dijo el dirigente de los Reales, Trey Hillman. “Él trata de hacer lo mejor que pueda cada día para ayudar al equipo a ganar. Trabaja fuerte y acepta su encomienda. En la última serie cometió un error en el corrido de bases. Al siguiente día, estaba tratando de mejorar en eso”.

El joven jugador es sobrino del ex segunda base de las Grandes Ligas, Ramón Avilés. Y tiene todo un contingente de tías, tíos y primos que son enormes fanáticos suyos.

“Ellos saben cuánto tiempo he trabajado para llegar hasta aquí y están muy orgullosos”.

Nadie está prediciendo que él bateará .330 de por vida ni que siempre hará jugadas espectaculares como ha hecho hasta ahora, pero mantenerse cerca del nivel que ha mostrado en sus primeros dos meses en las Mayores lo conducirá a un megacontrato.

“El dinero sería estupendo, de seguro. Sería una manera de lograr algunas cosas para mi familia. Mi mamá está tan orgullosa de mí, y ella siempre ha estado trabajando tan fuerte. Pero realmente yo no juego este deporte por dinero. Salgo allá afuera y juego por amor al béisbol. Si yo estuviera trabajando de 9 a 5 en un escritorio, estaría jugando en alguna liguita por las noches o en los fines de semana. Haría cualquier cosa que tuviera que hacer por tener mi cuota de béisbol”, dijo el candidato a jugar por Puerto Rico en el Clásico Mundial de Béisbol 2009.

Durante la pausa por el Juego de Estrellas, él y Jessy Poulsen, su novia hace tres años, condujeron hasta un centro vacacional en Lake of the Ozarks en Missouri. Entonces, Avilés seleccionó cuidadosamente un romántico lugar para lanzar la gran pregunta. “Todo fue parte de mi plan. Ella no tenía la más mínima idea. Dijo ‘sí’ y fue algo grandioso. Yo sabía que iba a llegar hasta aquí, de una manera u otra. Ahora, me siento confiado y feliz”.